La AIE reclama un 'cambio radical' en la forma en que se produce y consume la energía
Ni siguiera en el escenario más favorable, que supone políticas activas de los gobiernos, se lograría reducir el consumo de energía y las emisiones de gases contaminantes a la atmósfera de aquí a 2030. El Informe Mundial de la Energía 2004, elaborado por la Agencia Internacional de la Energía (AIE), indica que la sostenibilidad del sistema energético mundial dependerá de cambios tecnológicos que 'alteren radicalmente la forma en que se produce y se consume la energía'. Según el informe, la demanda energética en el año 2030 será un 59% mayor que la actual. Dos tercios de este incremento corresponderá a los países emergentes, sobre todo China e India.
El director ejecutivo de la AIE, Claude Mandil, afirmó ayer en París que la oferta de crudo está asegurada durante las próximas décadas, así como los recursos económicos para explotar los nuevos yacimientos. 'El mundo t odavía no se queda sin petróleo', dijo. Sin embargo, el informe señala que el crudo procederá cada vez de menos países, centrándose sobre todo en Oriente Próximo, lo que aumentará la dependencia energética respecto a estos países.
La AIE, organización formada por los principales países consumidores de energía, tambíen envía un recado a los miembros de la OPEP, al afirmar que un precio alto del crudo sostenido en el tiempo llevaría a un recorte de sus ingresos. Partiendo de un precio de referencia de 25 dólares por barril hasta 2030, un aumento de 10 dólares reduciría los ingresos de la OPEP en un 7% durante ese periodo (750.000 millones de dólares), pues se produciría más en zonas que todavía no son rentables. El precio del crudo repuntó ayer hasta los 51,56 dólares, cerca de nuevo de los máximos.
Por otra parte, el Banco Mundial revisó ayer al alza su previsión de crecimiento para las economías de Latinoamérica y el Caribe en 2004: entre un 4,7% y un 5,2%, frente al 3,8% pronosticado en abril. El Banco afirma que estos países 'deben acometer reformas' para competir con potencias emergentes, como China. La previsión para 2005 es algo menos optimista, estableciendo el crecimiento esperado en torno al 3,6%.