La Corte Suprema argentina avala la pesificación de los depósitos en dólares
La Corte Suprema de Argentina ha convalidado la conversión obligatoria a pesos (pesificación) de depósitos en dólares aplicada en enero de 2002, con lo que frenó millonarios recursos de amparo judiciales pendientes contra la banca.
El fallo del tribunal supremo se basó en un dictamen de la Fiscalía de Estado que aconseja convalidar la pesificación envista de la emergencia económica que vivía el país cuando se aplicó esa medida, informaron fuentes judiciales.
La decisión de los jueces supremos fue rechazada por alrededor de un centenar de ahorradores afectados que protestan desde anoche las puertas del Palacio de los Tribunales.
El fallo del Supremo es de enorme trascendencia, ya que es el primer pronunciamiento del máximo tribunal del país sobre la pesificación de los depósitos, tras la traumática salida del sistema monetario de la convertibilidad que rigió durante más de una década y por el cual un dólar equivalía a un peso.
El fallo de la Corte, convalidado por cinco miembros del máximo tribunal de Argentina frente a uno, servirá en futuras negociaciones al Gobierno del presidente Néstor Kirchner, que ingresó ya en la última etapa de las discusiones con los acreedores privados para reestructurar los pagos de la deuda en default desde diciembre de 2001, ya que esta decisión supone un aval jurídico a la propuesta de canje.
La decisión del Supremo contribuye a mejorar la situación del sector financiero cuando Argentina se prepara para lanzar su oferta de refinanciación de deudas por 81.200 millones de dólares más intereses que están en mora desde finales de 2001, la mayor suspensión de pagos de la historia, según fuentes financieras.
Las mismas fuentes calcularon que hasta ahora los bancos desembolsaron unos 10.000 millones de pesos (3.330 millones de dólares) por recursos de amparo a favor de ahorradores afectados por la pesificación.
El sistema fue adoptado en 2002 por el Gobierno para la devolución de los depósitos atrapados por el denominado corralito financiero en medio de una crisis política, económica y social sin precedentes en el país.
El corralito, que restringió el uso de los depósitos bancarios en dólares y pesos, fue impuesto a principios de diciembre de 2001 por el entonces presidente, Fernando de la Rúa, pero la ira generalizada que desató ese sistema terminó por forzar la caída del Gobierno tres semanas después.
Eduardo Duhalde, quien asumió el poder de forma provisional en enero de 2002, decretó el fin de la paridad cambiaria con el dólar y el mecanismo de "pesificación" para el reintegro de los depósitos en dólares, pero con un valor menor a la cotización en el mercado local de la moneda estadounidense.