'La nueva Babcock será una historia de éxito'
Ingeniero de profesión, es propietario, junto con Mirko Kovats, de A-TEC Industries, la antigua ATB y dueña de Babcock Borsig España. Empezó, unido a su socio, comprando empresas, alguna de ellas con dificultades, y todavía no ha cerrado ninguna
Nuevo propietario, nueva compañía. Christian Schmidt, presidente de Babcock Borsig España, ahora en la órbita de la austriaca A-TEC, la antigua ATB, parece tener las cosas claras. Para la firma vasca fabricante de bienes de equipo, salida del paraguas público de SEPI, tiene planes 'realistas', una vez pactado el ajuste laboral, y asegura que pertenece al pasado la imagen de una compañía con problemas laborales, de huelgas y de cartera de trabajo. Asegura que el grupo austriaco, con una facturación global de 1.000 millones de euros, ha llegado a España para quedarse y situar a Babcock 'en el mercado' con el objetivo de obtener beneficios en 2006.
Pregunta ¿Cuál es su modelo para reactivar la actividad de Babcock Borsig España?
Respuesta Se sustentará sobre tres pilares. Primero tenemos que reorientar la compañía hacia los clientes. Después debemos lograr unos buenos niveles de competitividad y, por último, dar una imagen de empresa solvente integrada en un grupo internacional fuerte.
P. En principio no parece una tarea fácil dadas las vicisitudes por las que ha atravesado la empresa con múltiples problemas en su proceso de privatización...
R. Pretendemos que quede muy claro que estamos plenamente implicados en el negocio de una empresa española como Babcock y no hay ninguna operación de especulación.
P. Dice empresa española, pero el equipo gestor procede de A-TEC.
R. No, sólo en el primer nivel. Confío en los gestores españoles. Es un equipo con entusiasmo y que, en algunos campos, sabe hacer muy bien el trabajo.
P. ¿Qué va a aportar A-TEC a su filial española?
R. Soporte financiero y tecnológico, sobre todo. Además Babcock debe saber que cuenta con el apoyo de las compañías hermanas -el grupo está compuesto por un buen número de sociedades con intereses en diferentes sectores-. Estos apoyos le servirán para crecer y así conseguiremos asegurar su éxito.
P. ¿Cuánto dinero tienen previsto aportar a la sociedad?
R. En el capítulo de inversiones vamos a contar con el apoyo de la SEPI, tal y como se refleja en el acuerdo pactado con el holding público dentro del proceso de privatización.
P. Sí, pero dígame los recursos que piensan destinar a Babcock...
R. Nuestra aportación será fundamentalmente en transferencia tecnológica y se puede evaluar en unos 30 millones de euros. Es una cifra orientativa y que puede ser sensiblemente superior.
P. ¿Cuál será el resultado de Babcock este año?
R. Hay que tener en cuenta el ajuste laboral...
P. Pero a ustedes este capítulo no les supondrá ningún desembolso porque será la SEPI la que asuma este coste.
R. Sí, es un compromiso del pasado y tendremos el aval de la SEPI. En cualquier caso, no haber cerrado antes el acuerdo para poner en marcha el expediente de regulación de empleo con rescisión de contratos (ERE) y que afecta a unas 250 trabajadores, sobre una plantilla ligeramente superior a las 650 personas, le ha supuesto a la sociedad unas pérdidas mensuales del orden del millón de euros.
P. ¿Durante la larga negociación laboral, más de seis meses, la compañía perdió el ritmo de la actividad? ¿Hicieron ustedes algo para reactivarla?
R. Era esencial para Babcock cerrar el tema laboral y se firmó a finales de julio, más tarde de lo que nosotros hubiésemos deseado. Era imposible trabajar sobre otros temas con un asunto pendiente tan importante como el ERE. Ahora tenemos perspectivas realistas y una empresa redimensionada. Estoy convencido que estamos en el camino del éxito. Empezamos de nuevo con una fuerte reducción de los costes operativos.
P. Dibuje, por favor, la Babcock bajo la órbita de A-TEC.
R. Nuestro diseño es a dos años vista. En 2006, Babcock Borsig España -el grupo austriaco quiere recuperar la denominación de Babcok Wilcox- alcanzará una facturación de 110 millones, sus resultados rondarán el millón de euros y la plantilla será de 350 personas. Nuestra previsión es duplicar las ventas, un 50% de las cuales se producirán en el mercado español.
P. ¿No es una proyección optimista?
R. No es una fantasía. Vamos a crecer en el campo de la fabricación de válvulas, en equipos industriales y en el negocio de la energía y el medio ambiente.
P. ¿Qué papel han reservado para su filial española de bienes de equipo?
R. Su mercado será España, Portugal, Latinoamérica y norte de África trabajando, sobre todo, en el sector de la energía y medio ambiente y equipos industriales.
P. ¿Puede anunciar algún nuevo contrato para Babcock?
R. Desde que accedimos a la propiedad se han firmado cuatro proyectos en China en el área de válvulas y medio ambiente. Además estamos pendientes de que se adjudiquen contratos en Alemania y China a los que se ha acudido en compañía de Austrian Energy, otra de las filiales de A-TEC. Estas decisiones tienen su plazo. Además hemos realizado varias ofertas en el mercado español.
Una compañía a la que la SEPI aportará, en conjunto, más de 164 millones
La SEPI deberá ejercitar durante los próximos años el papel de tutor para que realmente el futuro de Babcock Borsig España se convierta en 'una historia de éxito'. Schmidt recalca varias veces a lo largo de la entrevista que han comprado la empresa vasca de bienes para garantizar su futuro. 'Hemos venido para quedarnos', asegura. Para sostener esta afirmación aporta datos sobre A-TEC, propietaria de Babcock Borsig España. La austriaca cerrará 2004 con una facturación 1.000 millones, 4.500 trabajadores y 25 millones de beneficio. 'Somos un grupo independiente que ha crecido comprando empresas con objetivos a largo plazo. De momento no hemos cerrado ninguna', sentencia Schmidt.El caso es que la compra de Babcock Borsig España le supuso una inversión cercana al millón de euros, después de que la SEPI tuviera que reorientar la privatización de la compañía una vez que la firma alemana Babcock Borsig entrara en varios procesos concursales que le obligaron a abandonar el capital de la sociedad vasca. En el acuerdo, el holding público español, entonces presidido por Ignacio Ruiz Jarabo, asumió compromisos que le van a suponer un desembolso de más de 164 millones. Del total, unos 70 millones irán a financiar los flujos de caja negativos de los ejercicios de 2004, 2005 y 2006. Otros 34,4 millones se dirigirán a relanzar la actividad de la compañía y a la compra de maquinaria. Cerca de 18 millones servirán para hacer frente a posibles contingencias por los contratos firmados antes de 2000, una cantidad que se realizará mediante pagos trimestrales a partir de este ejercicio. Finalmente, otros 42 millones servirán para financiar parcialmente un plan de prejubilaciones y bajas incentivadas que supondrá la salida de la compañía de más de 250 trabajadores, para fijar una plantilla objetivo de 350 personas. Babcock perdió 91 millones en 2003.