Camino expedito para Botín
Emilio Botín puede respirar tranquilo. Su última gran apuesta, la entrada en el mercado británico con la compra del Abbey National ya tiene, salvo sorpresa, el camino despejado. La amenaza de una contraopa parece disipada después de que el HBOS, única entidad que había reconocido públicamente su interés por entrar en la pugna por el sexto banco británico, decidiera arrojar la toalla ayer mismo. El temor al veto por parte de las autoridades de Competencia británicas y la opinión en contra de algunos de sus accionistas están detrás del movimiento del HBOS. Por si ésta fuera poca buena noticia para el Santander, ayer también trascendió que la UE da vía libre a la operación, sin condiciones.
No obstante, lo más difícil para el primer grupo bancario de la zona euro y décimo del mundo cuando se cierre la operación está por llegar. El hecho de protagonizar la primera gran fusión transfronteriza en Europa, culminándola en un plazo récord, parece no ser suficiente para los mercados, que ayer castigaron al SCH con una caída del 2,67%. La entrada en un mercado muy competitivo de la mano de una entidad centrada en un segmento como el hipotecario, que está empezando a dar ciertos síntomas de debilidad en Reino Unido, parece pesar sobremanera.
El gran reto del banco que preside Emilio Botín es demostrar que es capaz de rentabilizar la operación. De momento, y también ayer, todos los primeros espadas del SCH hicieron una exhaustiva presentación de lo que será el nuevo banco y de los planes que tiene previsto poner en marcha en el Abbey. Y la clave consiste, simple y llanamente, en replicar lo más fielmente posible el modelo Santander. Es decir, dar una vuelta de tuerca a la red comercial e incrementar los ingresos por cliente. En la actualidad, el Abbey vende de media 1,7 productos a cada cliente, cifra que se eleva a cuatro en el caso del SCH. El desafío está servido.