_
_
_
_
CincoSentidos

El momento de cambiar de empleo

Si no sabe adónde va, no vaya. Si en algo coinciden los especialistas en recursos humanos es que antes de abandonar el barco, hay que saber si se llega a tierra firme o de cabeza a las olas. Incluso antes de buscar y encontrar un nuevo destino profesional, conviene preguntarse si ese paso es necesario. 'Cuando se tiene la sensación de que la empresa se ha quedado pequeña, es que ha llegado el momento del cambio', señala Rafael Vidal, director nacional de selección de la consultora de recursos humanos Ajilon. 'Si el trabajo ya no aporta valor, crea desánimo y un alto grado de insatisfacción hay que ver si se trata de un momento puntual o de algo duradero. En este caso, hay que ir pensando en una salida', señala Jesús Martínez, director de marketing de Monster.es.

Desde Parangon Partners, empresa especializada en búsqueda de directivos, su socio Antonio Nuñez reconoce que 'el debo cambiar de empresa es una duda que casi todos nos planteamos muchas veces a lo largo de la vida. Lo importante es justificar si el cambio supone o no un paso coherente en una carrera profesional'.

¿Observa la marcha de su empresa muy negativa? ¿Hay reducción de actividad? ¿Recibe signos de no estar funcionando como se espera de usted? ¿Está en desacuerdo con la política y forma de actuar de la empresa o con el trato recibido? Quien responda a todo que sí, ya está casi con un pie fuera de su empresa. Como así señalan en Parangon Partners, 'normalmente cuesta tomar la decisión de cambiar porque supone vencer la comodidad, la costumbre, los pequeños derechos adquiridos', pero hay que evitar 'el ¿qué va a pasar? y sustituirlo por el ¿qué voy a hacer?'

Cinco años en una empresa es un tiempo que justifica un cambio, pero hay que analizar el plan de carrera

'Un periodo de cinco o seis años en una misma empresa es un tiempo razonable que justifica un cambio. Aunque a partir de los cuatro años es común empezar a planteárselo', señala Rafael Vidal. 'Pero no se puede generalizar, no se puede decir que este tiempo sea crítico porque cada uno debe conocer el plan de carrera que tiene su empresa', añade. Además, los expertos coinciden en que quien cambia mucho de empresa transmite inestabilidad.

Una vez tomada la decisión de salir de la empresa hay que saber dirigirse. Para Vidal la mejor fórmula para buscar otro trabajo es el vínculo personal con responsables de otras compañías del sector. 'Cuando hay confianza, basta la sencillez de transmitir que se está en el mercado, que se tienen proyectos e ilusión por hacer cosas en otra empresa', señala. Al tiempo reconoce que 'un directivo jamás envía un currículum', en su lugar contacta con empresas dedicadas a la búsqueda de directivos.

Para Jesús Martínez, lo que nunca hay que hacer al buscar empleo es 'transmitir los aspectos negativos del cambio como el no estar bien en la empresa o que hay problemas internos que empujan a tomar esa decisión'. En su opinión, una buena táctica consiste en estar siempre en el mercado aunque no sea el momento del cambio. 'Tener un currículum actualizado permanentemente en internet permite estar valorado continuamente aunque no se quiera cambiar, pero cuando se decide a dar el paso ya se tiene mucho camino andado'. Otro consejo de Martínez es contar con mucha información. 'Antes de dejar caer que se quiere cambiar de trabajo conviene saber si a quien se le dice tiene en ese momento algo que ofrecer', afirma.

Sobre todas estas pautas queda una pregunta esencial: ¿permite el mercado la movilidad que pide el cuerpo? Según Martínez, de septiembre a noviembre, 'hay movimiento, pero todo depende de la marcha de la economía. Tras los años de la revolución tecnológica el parón ha sido grande'.

Motivos para dar un giro

Por qué noUna gran discusión con jefes o compañeros puede llevarle a tomar decisiones precipitadas. Salvo que el conflicto sea la punta del iceberg, conviene enfriarse y ver qué pasa.Un fracaso en un proyecto, un toque de atención de los jefes o las quejas de su equipo tienen que ser un revulsivo para mejorar. Si la compañía le quiere, es un error tirar la toalla porque se llevará consigo la sensación de haber fallado.El paso del tiempo no marca por sí solo una trayectoria profesional. Estar en la misma empresa años y años no tiene por qué hacerle pensar 'me estoy anquilosando, me tengo que ir'. Analice qué le ofrece el porvenir y actúe.Por qué síNo hay futuro en la compañía, los proyectos se le quedan cortos y hace un tiempo que dejó de aprender. En definitiva, ha tocado techo y hay que seguir subiendo.Una fusión o, en general, una reorganización implica recortes de plantilla, reorientación del negocio, cambio de cultura. Aunque su puesto no peligre analice qué es lo que su carrera necesita. Lo importante es tener mucha información y de calidad antes de decidir.Pensar que la empresa siempre se equivoca revela que el empleado se siente al margen de ese fracaso. Si no se está implicado, es mejor irse.

Contratos que atan

Cuando la empresa costea, en todo o en parte, un formación especializada a un empleado puede obligarle a permanecer en la compañía durante un tiempo máximo de dos años desde el fin del curso.Si el trabajador se va antes de tiempo (de forma voluntaria o por despido disciplinario procedente) puede estar obligado a reintegrar a la empresa el coste de la formación recibida. Este pacto es fuente de conflictos ante los tribunales que, poco a poco, van fijando sus límites. Por ejemplo, la especialización debe ser extraordinaria y con un alto valor profesional, identificable como un MBA o una formación de posgrado o en una tecnología de alto coste. También debe haber equilibrio entre el tiempo fijado de permanencia, la indemnización fijada en caso de incumplimiento y la formación alcanzada.Otro pacto que limita el poder de actuación de un directivo durante un tiempo determinado es el llamado de no concurrencia poscontractual. Desde que abandone su empresa y hasta pasados dos años como máximo no podrá trabajar en otra compañía de la competencia. El directivo tiene derecho a una compensación económica adecuada y debe existir un interés industrial o comercial real en que no se produzca esa nueva relación laboral.En el peor de los casos, queda la opción de que la nueva firma a la que se va corra con los gastos de pagar la indemnización. Si le quieren, pagarán.

Archivado En

_
_