Genios unidos por la luz del Mediterráneo
París les ofrecía la gloria y el reconocimiento. La Costa Azul, la inspiración. El Museo Diocesano de Barcelona acoge la exposición De París al Mediterráneo, el triunfo del color con la que analiza la influencia que tuvieron en la producción pictórica comprendida entre finales del siglo XIX y mediados del XX los paisajes de la Provenza, el puerto de Marsella y sobretodo, los pequeños pueblos costeros de la Costa Azul. La exposición que estará abierta al público hasta el próximo 10 de octubre recoge obras de grandes maestros como Picasso, Manet, Renoir, Van Gogh, Cezánne, Modigliani o Pissarro y de artistas provenzales desconocidos para el gran público como Dufeu o Ponson.
Tras su paso por la capital francesa, que se convirtió también en la capital del arte durante el periodo que abarca la muestra, todos ellos exploraron otros caminos en busca de nuevas influencias. Renoir compró en 1907 una finca agrícola cerca de Cannes, Van Gogh y Gauguin exploraron Arlés, mientras que Signac descubrió Saint-Tropez e invitó allí a jóvenes pintores parisinos ávidos de nuevas impresiones.
Manet es el encargado de abrir la exposición, asociada al Fórum 2004, con Mujer en el jardín, probablemente un boceto llevado a cabo en 1882 que inspiraría más tarde un retrato. Una de las estrellas del repertorio es, sin embargo, la tela oscura Granja en Drenthe, realizada en 1883 por Vincent Van Gogh. En ella el autor holandés utiliza una gama de colores muy distintos a los clásicos tonos que caracterizan su obra. Los grandes temas que aparecen reflejados son el ambiente portuario, casas de la costa Mediterránea y el mar. La mayoría de las 85 pinturas se exponen por primera vez fuera de sus instalaciones, gracias a las aportaciones del Musée Montparnasse de París, la Fondation Regards de Provence de Marsella y la agencia Onofrio y San Juan.