La banca recibe las nuevas normas de capital con optimismo y cautela
Bancos y cajas afrontan sin sorpresas ni agobios el recién aprobado acuerdo de capital, denominado Basilea II, que entrará en vigor a finales de 2006. En general creen que tendrá un impacto positivo en el negocio minorista, sobre todo en hipotecas y créditos a pymes. Pero hay opiniones divergentes de su efecto en los precios que paga el cliente.
Casi dos años y medio tienen las entidades financieras para adaptarse a las nuevas exigencias de capital que impone Basilea II, el nuevo acuerdo internacional aprobado el pasado fin de semana después de seis años de intenso trabajo. Aunque el sector financiero ya especula con que el calendario podría flexibilizarse tras su reflejo en una directiva europea.
Pese a que el acuerdo impone un radical cambio en el control del riesgo de impagos, las entidades financieras lo afrontan en general con tranquilidad y optimismo. En parte porque muchas, sobre todo los grandes bancos y gran parte de las cajas, ya han ido poniendo las bases para cambiar los sistemas de gestión de riesgos. Pero, sobre todo, porque el reto normativo que más les preocupa son las nuevas reglas contables internacionales (NIC) que entran en vigor dentro de seis meses.
Uno de los principales beneficios que la banca ve en Basilea II es que impondrá menos requerimientos de capital en segmentos de negocio minorista como las hipotecas, la financiación a pymes, las tarjetas o el arrendamiento financiero (leasing). En definitiva, el negocio típico bancario, el crédito, sale bien parado, salvo los préstamos al consumo que, al tener más riesgo de impago, tendrán un mayor consumo de capital.
Los grandes temen verse penalizados por su presencia en Latinoamérica
Esto alegra especialmente a las cajas, volcadas en el negocio minorista y sin red en el extranjero. Al contrario de lo que se esbozada en los inicios de Basilea II, 'las entidades centradas en negocio minorista tendrán un tratamiento en recursos propios favorecedor', ha manifestado Juan Ramón Quintás, presidente de la Confederación Española de Cajas de Ahorros (CECA).
Banesto, como ya ha expresado su presidente, Ana Patricia Botín, se siente uno de los grandes beneficiados con la norma al pisar el acelerador en banca minorista.
En el otro extremo, exigirán más recursos propios negocios como el interbancario, el segmento de grandes empresas y la gestión de activos, como intermediación en fondos y acciones.
Y la incertidumbre se cierne en flecos aún pendientes como el peso de la diversificación del negocio en el control de riesgos, que afecta principalmente al Santander y al BBVA vinculado a su fuerte implantación en Latinoamérica. 'Hemos propuesto un mejor tratamiento de la diversificación en necesidades de capital', apunta Juan Carlos Estepa, coordinador de Basilea II del BBVA. Considera, asimismo, esencial que la norma se aplique 'de forma homogénea', incluido en los países menos desarrollados. En general 'en dotaciones de capital y en precios al consumidor tendrá efectos limitados', explica Juan Basurto, asesor financiero de la patronal bancaria AEB, apoyándose en el estudio encargado por la Comisión Europea a Pricewaterhousecoopers.
Precisamente las entidades discrepan sobre el efecto final en el precio al cliente, sobre si bajará, por ejemplo, el tipo de las hipotecas al entrañar menos riesgos que otros créditos.
Así como la AEB no lo ve claro, otros, como Banesto creen que abrirá una fuerte competencia en precios y el BBVA cree que a medio plazo se ajustarán precios según el riesgo del cliente, del producto y de las carteras.
Reforma Un largo camino legislativo por delante para su aplicación
Una norma comunitaria tendrá que recoger las nuevas especificaciones de Basilea II, basado en tres pilares: requerimientos mínimos de capital, mejora de la supervisión y disciplina de mercado con el fin de aumentar la transparencia. Al final, la gran medida del antecesor, Basilea I, que era la exigencia del 8% de recursos propios sobre el total de activos queda invariable. Pero el sistema se hace mucho más sofisticado y se articula desde el modelo estándar al avanzado basado en rating internos que calculan el riesgo de cada entidad en cada negocio. Y quedan asuntos pendientes de limar, como el de la diversificación o los stress-testing, que sirven para anticipar escenarios extremos de riesgo. Las entidades españolas, que rehúsan cuantificar el coste de implantar Basilea II, prevén largo el proceso. Aunque también ven en él una posible vía para hacer hueco a sus reclamaciones.
Informe Las consultoras subrayan que hay una mejor preparación en Europa
La banca mundial reconoce dificultades para cumplir con las nuevas normas de capital, según un estudio de la consultoras Mercer Oliver Wyman y Accenture junto con el fabricante de software SAP. Tras una encuesta a 97 de las 200 primeras entidades financieras del mundo, la conclusión es que la banca europea ha sido más previsora y está mejor preparada. Más del 60% de las entidades europeas ha implantado sistemas para analizar el cambio frente al 12% en EE UU y al 22% en Asia y Pacífico. El 58% de los bancos europeos cree que el nuevo acuerdo sí afectará a los tipos que ofrecen en los créditos ya que le permitirá liberar recursos propios. Otra duda es el coste. Casi dos tercios de los que dieron estimaciones cree que superará los 50 millones de euros y el 30%, dice que serán más de 100 millones. Asimismo, más del 70% de los bancos prevé adoptar el sistema avanzado de control de riesgos.