Solbes ajusta el punto de mira
El vicepresidente del Gobierno, Pedro Solbes, anunció el martes un plan por el que la Agencia Tributaria clasificará a los contribuyentes en función de su nivel de riesgo en materia de fraude fiscal. Su objetivo es tan elemental como buscar mayor 'eficacia y eficiencia' en la lucha contra el incumplimiento de las obligaciones tributarias. Aunque algunos se hayan rasgado las vestiduras y enseguida hayan echado mano de los manuales sobre la igualdad de los ciudadanos ante la ley, es elemental que unas actividades económicas -y ciertos historiales- son, por sus propias características, potencialmente más proclives que otras a eludir el fisco. Por eso la medida merece apoyo, siempre que sus resultados sean contrastables y publicados con transparencia, y no se queden en un brindis al sol.
Los contribuyentes están convencidos de que en España se ocultan importantes bolsas de fraude. Y las autoridades, de uno u otro signo político, se encargan de recordárselo a menudo, al tiempo que presumen del modelo de gestión y eficacia logrado por la Agencia Tributaria. Es hora de que esa demostrada eficacia recaudatoria se plasme también en la lucha contra quienes burlan al fisco y, a la vez, a la gran mayoría de españoles, que cumple con sus obligaciones tributarias.
Solbes asegura que no bastan las tradicionales actuaciones de control, basadas en la simple comprobación de los datos declarados. Por ello es necesario pasar a acciones de investigación y prevención. Bienvenidas sean éstas si, dentro del más exquisito respeto a los derechos de los contribuyentes, no se quedan en simples amagos. El anterior responsable de Hacienda presentó más de una campaña en la misma línea, que ponía el objetivo de la inspección en las compras de productos de lujo, como yates, coches de gran cilindrada o inmuebles en la costa. Pero los contribuyentes aún están esperando los resultados de tales pesquisas. Es deseable que Solbes afine más su puntería.