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Tribuna
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Fiat, de nuevo ante una situación de incertidumbre

El Grupo Fiat y la familia Agnelli permiten observar claramente procesos que se producen con frecuencia en los grupos familiares. Fiat nace como compañía automovilística en 1899 y ya desde sus inicios desarrolla una vocación de gran empresa. Construye a principios del siglo XX la mayor fábrica de automóviles de Europa, reforzando en los albores de la Segunda Guerra Mundial sus divisiones de camiones y aviación. El mítico avoccato, Giovanni Agnelli, nieto del fundador, refunda el Grupo después de esta guerra y lo transforma en lo que es hoy en día.

Fiat es el resultado del liderazgo y compromiso de la familia con un proyecto común que ha aglutinado esfuerzos tanto de dentro como de fuera de la empresa. Un ejemplo de esto es el soporte financiero que el Grupo ha recibido de la comunidad financiera italiana para remontar la crisis en la que está inmerso.

Este compromiso se ha manifestado repetidas veces a lo largo de la historia. En el año 2000, dos años antes de su fallecimiento, Giovanni Agnelli declaraba a Business Week que mientras él viviera, Fiat seguiría siendo una empresa italiana, haciendo referencia a la opción de venta a General Motors. Recientemente, María, una de las hermanas de Giovanni y Umberto, declaraba a La Stampa que nunca habían pensado en abdicar ni de su papel ni de sus responsabilidades. La historia parece indicar que la familia Agnelli entiende que su responsabilidad no se limita a maximizar el valor de su cartera, sino que incluye también un compromiso con las personas y la comunidad. Por el contrario, la propia Italia ha sido ejemplo de otro grupo familiar, Parmalat, en donde la familia entendía sus responsabilidades de forma muy distinta.

La familia Agnelli también ha sido responsable de la dificultad de adaptación del Grupo a los nuevos desafíos con los que éste se ha encontrado en los últimos años. La Fiat que hoy conocemos fue el gran proyecto vital de Giovanni y su declive fue paralelo al declive de éste. Su última etapa generó una gran desorientación en el Grupo que se plasmó en la sucesión de cinco consejeros delegados distintos en dos años y una acumulación de pérdidas histórica.

Sólo la muerte de Giovanni permitió la redefinición del modelo empresarial que llevó a cabo su hermano Umberto, al centrar la atención nuevamente en su componente industrial. Ello les llevó a desinvertir en las actividades no relacionadas con automoción (seguros, energía, ingeniería. etcétera) para recapitalizar Fiat Auto. La reciente muerte de Umberto, 15 meses después de la de Giovanni, impidió ver los primeros resultados de su gestión, que parecen prometedores. Su desaparición vuelve a poner al grupo familiar ante una situación de incertidumbre.

La historia de los Agnelli está llena de sucesos imprevistos. No era previsible que Giovanni, con su perfil de joven con una intensa actividad social y sentimental, se transformara en el líder empresarial y familiar que después resultó ser. El escaso tiempo que tuvo Umberto para reorientar al Grupo, la muerte de su primogénito con 33 años, llamado a ser el sucesor de Giovanni y el suicidio del hijo de este último, torcieron los distintos planes que la familia pudiera tener.

Todo ello ha marcado la historia de los Agnelli y, por ende la de Fiat. En estos momentos los jóvenes John y Lapo Elkann, nietos de Giovanni, y Andrea, hijo de Umberto, tienen el futuro de Fiat en sus manos. Estas situaciones generan riesgo que debe y puede ser evitado a través la creación de las adecuadas estructuras de gestión entre familia y empresa. Una empresa familiar no puede confiar su continuidad en el tiempo a la aparición de personajes excepcionales.

Dejar recaer el futuro de un grupo como Fiat de forma súbita en manos de tres jóvenes miembros de la familia, implica no haber gestionado correctamente las relaciones entre la familia y la empresa. Esta gestión inadecuada puede acabar diluyendo el compromiso que la familia Agnelli ha mantenido durante más de 100 años con un proyecto empresarial que ha sido motor de la industrialización de Italia y de buena parte de Europa.

Sin embargo, esta situación que, en este caso resulta evidente por la notoriedad tanto de la empresa como de la familia, se encuentra en las empresas familiares muy frecuentemente.

Profesor del departamento de Política de la Empresa en Esade. gimeno@esade.edu

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