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CincoSentidos

Jiménez y Singh, de dos en dos

Un malagueño de nombre Miguel Ángel Jiménez y un fidjiano llamado Vijay Singh son los dos únicos golfistas que este año han ganado dos torneos en los respectivos circuitos profesionales en los que militan, el PGA European Tour y el PGA Tour, respectivamente. Y los dos ocupan el segundo puesto en la lista de ganancias, Jiménez en Europa y Singh en Estados Unidos.

Jiménez, conocido como El Pisha por el apelativo cariñoso con el que suele dirigirse a sus amigos, ha sido el primer biganador de la temporada al imponerse en el Johnnie Walker Classic disputado en Tailandia y en el Algarve Abierto de Portugal. Desde la semana pasada, este palmarés de doble ganador lo comparte con Singh, al que llaman el Moreno, el sobrenombre que le puso José María Cañizares. El fidjiano se ha impuesto en el AT&T National Pro Am de Pebble Beach y en el Shell Houston Open.

Pero las diferencias son abismales. El capítulo destinado a premios en los torneos de los circuitos americano y europeo resultan incomparables. La victoria de Jiménez en Tailandia le valió un cheque de 240.580 euros, mientras que la de Singh en California le reportó 954.000 dólares. En Portugal el malagueño se llevó 208.330 euros y el fidjiano en Texas vio cómo su cuenta se le ingresaba 900.000 dólares.

Los dos golfistas ocupan el segundo lugar en sus respectivas listas de ganancias, Jiménez por detrás del surafricano Ernie Els y Singh por debajo del estadounidense Phil Mickelson, el ganador del Masters. Mientras El Pisha ha intervenido en un total de nueve torneos, con unos beneficios totales de 522.922 euros, El Moreno acumula 3.349.866 dólares en once torneos. Los líderes son Els, que suma 929.045 euros, y Mickelson, con 3.488.600 dólares.

En la clasificación mundial la diferencia entre los dos jugadores refleja la distancia entre uno y otro circuito. Mientras Singh es el segundo del ranking por detrás de Tiger Woods, el malagueño se encuentra en el puesto 40.

Ambos están casados y con hijos. Singh tiene una familia numerosa -padres, hermanos, primos, sobrinos- a la que ha procurado brindar una vida mejor en Australia. Miguel Ángel, hijo de un modesto obrero de la construcción y padre de siete hijos, comenzó como caddie y recorrió un largo camino hasta hacerse profesional, con muchos sacrificios y ahora también algunos caprichos, como un Ferrari del que parece más el mecánico que el propietario.

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