Sanofi descarta despidos si se une a Aventis
El presidente de Sanofi-Synthélabo, Jean-François Dehecq, aseguró ayer a representantes de los sindicatos presentes en Aventis que una fusión entre ambas compañías no conllevaría despidos.
Sanofi ha lanzado una opa hostil sobre su rival franco-alemán Aventis por 47.000 millones de euros. La oferta ha sido calificada de ridícula por Aventis, que ha visto en otra farmacéutica, el gigante suizo Novartis, el caballero blanco deseado para escapar de una fusión con su rival en Francia. Sin embargo, el Gobierno francés ha mostrado sin tapujos su preferencia porque sea Sanofi y no Novartis la compañía que adquiera Aventis.
Los directivos de Aventis advirtieron ante la posición de Sanofi que una fusión entre ambas conllevaría despidos. Dehecq mantuvo ayer reuniones con los representantes sindicales de la compañía para no sólo asegurarles que no habría despidos, sino incluso advertirles que una fusión entre Aventis y Novartis sería más perjudicial para la plantilla del grupo franco-alemán que una unión con Sanofi.
'Nos ha dicho que no habría despidos', señaló Monique Meyer, representante del sindicato CFDT-CFE. La combinación entre Aventis y Sanofi daría lugar a una compañía formada por 100.000 trabajadores. La fusión con Novartis crearía el segundo grupo farmacéutico del mundo, tras Pfizer, con una plantilla de 150.000 empleados.
Antes de la reunión mantenida ayer entre el presidente de Sanofi y los sindicatos, Gilles Hellier, representante sindical, reconoció que su impresión era la de que en una fusión 'será recortado cierto número de empleos, entre el 10% y el 12% de la plantilla'.
Las empresas miran a los países emergentes
Gran parte de las miras de los grupos del lujo están puestas en los mercados emergentes. Richemont (que agrupa a marcas como Cartier, Van Cleef & Arpels, Dunhill, Piaget, Baume & Mercier y Montblanc) registró en la zona de Asia-Pacífico su mayor incremento de ventas durante 2003, mientras que en Europa cayeron un 9%. La compañía, que logró un importante aumento del beneficio en 2003 (hasta 1.066 millones frente a 640 millones el año anterior), destaca la fortaleza de estas economías y el crecimiento de sus negocios en esta parte del mundo.Esta orientación de la industria del lujo hacia los países emergentes es especialmente significativa ahora, ya que estas compañías obtienen una parte importante de sus ventas a través del turismo. De hecho, el descenso de la actividad turística tras los ataques del 11-S tuvieron una importante repercusión en sus cuentas de resultados. En este sentido, los atentados del 11-M surgen como una nueva amenaza para el sector justo cuando se había recuperado de los efectos de la neumonía asiática y la guerra de Irak.También la británica Burberrys ha extendido sus redes hacia estos mercados emergentes y en 2003 abrió sus primeras tiendas en Australia y Malaisia, intensificando su presencia en Hong Kong y Singapur. En el caso de Hugo Boss, los incrementos de ventas más sonoros han tenido lugar en 'otros mercados', es decir, lo que no es ni Europa ni América. Todo ello ha contribuido a que la compañía haya aumentado el beneficio neto un 9,3% pese al ligero descenso de las ventas.