El trimestre de la dispersión
El trimestre que terminó la pasada semana se ha saldado con una sensación más que extraña. Y no sólo por la acumulación de atentados en el último mes, desde el más grave y espantoso de todos, el 11 de marzo en Madrid, a los que se han producido en otras partes del mundo: contra el presidente de Taiwán, que resultó herido leve; o en el que perdió la vida el líder de Hamás, sino, también, los explosivos descubiertos en las vías de ferrocarril en Francia o los intentos abortados en Pakistán o Grecia.
Pero, independientemente de los riesgos geopolíticos, los mercados se han visto afectados por otros factores que han producido una mayor dispersión en los resultados de las diversas categorías de fondos de la que pudiera haberse esperado. Da la impresión de que se han comportado con el patrón con que suelen hacerlo los fondos mismos: los primeros de un ejercicio son los últimos del siguiente.
En el gráfico grande de esta misma página, se puede observar que hasta finales de enero las diversas clases de fondos evolucionan en sintonía, hasta que la renta variable tailandesa se descuelga del conjunto de manera brusca. A principios de marzo, se produce de nuevo una bifurcación de senderos entre las categorías que durante el mes anterior aún habían caminado en bloque.
Naturalmente, este comportamiento sólo está reflejando el de las respectivas bolsas, que en marzo vieron como se alteraba la evolución favorable que traían desde hacía doce meses. La dispersión de éstas no ha sido tan grande en los países europeos o en los EE UU, aunque sorprenda la desigualdad del comportamiento. Así, en Europa, mientras que el Ibex 35 cerró el mes con pérdidas de 2,8%, a pesar de lo cual aún acumula un 3,63% de revalorización, el Euro Stoxx 50 cerró el trimestre con una subida del 0,97%, pero el Dax o el Footsie perdieron, respectivamente un 2,74% y un 2,04% hasta marzo.
En Estados Unidos, la dispersión, tampoco muy grande en términos de cantidad (mientras el Nasdaq Composite y el Nasdaq cerraban el trimestre con pequeñas pérdidas de 0,5% y 0,9%, el S&P 500 ganaba un 1,3%) también transmite cierto desasosiego, provocado más por el retroceso respecto a los máximos del trimestre que porque el resultado haya sido especialmente malo.
En abierto contraste con el comportamiento de los mercados americano o europeo, la Bolsa japonesa subió un 10% (medido por el índice Nikkei 225) lo que ha permitido que los fondos de renta variable japonesa hayan proporcionado en el primer trimestre del año una rentabilidad media de casi el 17%. Por no hablar de los que invierten en empresas japonesas de baja capitalización que han acumulado por término medio una rentabilidad del 30%.
Donde el contraste es más agudo es en los mercados emergentes pues, mientras algunos seguían obteniendo revalorizaciones a paso acelerado, otros se quedaban atrás. Entre los primeros se encuentran los fondos que invierten en Rusia: el fondo de DWS Investments que centra su inversión en ese país proporcionó en el trimestre una rentabilidad de 36%. En cambio, en el otro extremo se sitúan los fondos que invierten en renta variable de países emergentes del Lejano Oriente con una rentabilidad media de 8,2%; o de renta variable latinoamericana, con una rentabilidad media de 9%.
Pero estos datos, a su vez, ocultan una dispersión también notable: mientras que la Bolsa mexicana subió fuertemente en el trimestre hasta revalorizarse casi un 20%, la brasileña lo terminaba con ligeras pérdidas del 0,4%. El único fondo español que invierte en México tuvo en el trimestre una revalorización de 24,76%.
De los fondos de renta variable emergente el mejor comportamiento lo han tenido los de los países del Este de Europa cuya rentabilidad media de 22,78% se sitúa este trimestre entre las mejores. Y también aquí con comportamientos muy diferenciados: mientras en la parte superior del ranking se sitúan los fondos que asumen un riesgo mayor, los fondos peor parados son los que apuestan por la inversión en los países que están en proceso de convergencia hacia la zona euro. Seguramente, tras pasar por periodo de aceleración de expectativas, ahora se baten en retirada ante la evidencia de que algunos plazos se alargan.
El caso más claro parece ser el de Hungría que podría estar considerando que la fecha de adhesión al euro se retrase un par de años, lo que la situaría en 2010 en vez del 2008 inicialmente previsto.
Análisis Caminos que se bifurcan
l El trimestre se ha caracterizado por una gran dispersión en las rentabilidades de los fondos de renta variable: los más de 47 puntos que van desde el 36,1% de la renta variable rusa al 11,51% de la renta tailandesa.l Los de renta variable china también han pasado a situarse a la cola del ranking por categorías tras haber estado en cabeza en 2003.l En cambio los de renta variable de Corea del Sur mantienen una buena revalorización, de 14,08%, y constituyen un buen ejemplo de que no siempre la inestabilidad política perjudica a las bolsas.