La productividad es la clave
Corregir la falta de productividad de la economía y reemplazar el modelo de crecimiento por otro más sostenible son los dos pilares en que se ha basado el programa económico con el que el PSOE ha ganado las elecciones. Es un diagnóstico acertado. No hay duda de que el desequilibrado crecimiento actual, basado sólo en el consumo y en la construcción, debe ser compensado por mejoras en la inversión productiva y en el sector exterior. En cuanto a la productividad, es difícil rebatir lo obvio.
El estudio sobre La competitividad de la economía española presentado ayer por La Caixa da, sin embargo, un acertado paso más a tener en cuenta por el nuevo equipo económico. Tras constatar que en las últimas décadas se ha avanzado mucho en renta per cápita o creación de empleo, el estudio asegura que la pérdida continuada de competitividad exterior es ahora un problema más importante incluso que la moderación de precios o de costes. Se trata de un diagnóstico, perfectamente asumible, que incide en que los obstáculos que limitan el crecimiento de las exportaciones no se derivan sólo del diferencial de inflación, porque a pesar de todo el nivel de precios es en España un 20% inferior al de las grandes economías europeas.
Se impone un cambio de modelo en toda regla, que afecta a la actividad de las empresas. Un crecimiento en sectores con poco o nulo contenido tecnológico, como es el actual, debe dar paso sin dilación a aquellos con mayor potencial de crecimiento, que es en los que España está peor. Es un desafío tan exigente como urgente. Para afrontarlo, el nuevo Gobierno debe crear un marco más propicio en educación, I+D, infraestructuras, comunicaciones, regulación... De 21 indicadores de competitividad, España sólo supera en dos la media de la UE: crecimiento del PIB y capacidad de innovación por las pymes. Este último, al menos, indica una positiva predisposición empresarial, como la manifestada ayer por el Círculo de Empresarios con respecto al programa económico del PSOE.