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Directiva

Bruselas exige el control de honorarios de las auditoras

La CE aprobó ayer un proyecto de directiva que endurece el control de las firmas auditoras. El texto incluye la obligación para las empresas de cambiar periódicamente de auditor y la prohibición de que los honorarios de las auditoras se complementen excesivamente con la prestación al mismo cliente de otros servicios.

La Comisión Europea (CE) aprobó ayer el proyecto de Directiva sobre Regulación de las Firmas Auditoras, un texto que llega en parte como respuesta a los escándalos contables de Parmalat, Ahold y Enron. La nueva ley comunitaria, que moderniza dos anteriores de 1978 y 1983, impone severos controles a las firmas auditoras, en especial a las que certifican las cuentas de las empresas cotizadas.

El texto prevé la creación a escala nacional de un órgano público de supervisión de las auditoras, constituido principalmente por personal ajeno a la profesión. Todas las auditoras, incluidas la de países terceros, deberán registrarse ante ese órgano.

El proyecto ofrece también a los países de la UE la posibilidad de imponer a las empresas la rotación de auditores cada siete años o la de los socios encargados de la auditoría cada cinco.

La ley reclama, además, un control estricto sobre los honorarios que cobran las auditoras para que, como mínimo, sean coherentes con un control contable de buena calidad. Bruselas quiere erradicar la costumbre de ciertas auditoras de ofrecer grandes descuentos en su labor de verificación contable a cambio de que las empresas suscriban otros servicios de consultoría y gestión mucho más onerosos. La CE intuye que esta doble relación comercial vicia la independencia de la firma auditora.

La Federación Europea de Contables, organización que representa a más de 500.000 profesionales de esta actividad, acogió con satisfacción la propuesta, pero teme que ese control pueda desembocar finalmente en la prohibición de que las auditoras ofrezcan otro tipo de servicios. Bruselas asegura que sólo está en contra de que se ofrezcan servicios que puedan comprometer la independencia del auditor.

Los contables también consideran que la rotación obligatoria, sobre todo la de firma auditora, resulta contraproducente para la calidad del servicio. 'La impresión general es que los costes exceden los beneficios', concluye la federación, que recuerda de paso que la legislación de Italia, país de origen de Parmalat, es una de las pocas del mundo que contemplan ya la rotación obligatoria. Los contables insisten en que los riegos de error de apreciación son más elevados al comienzo de su relación con el cliente.

Supervisión La Comisión Europea renuncia a un órgano supranacional

La nueva directiva sobre regulación de las auditoras se decanta por una supervisión nacional de esta actividad. Bruselas no considera oportuna la creación de un poderoso órgano supranacional.Bruselas se limita a proponer la coordinación de los órganos nacionales.La Federación de Expertos Contables de la UE lamentó ayer esta falta de ambición de la Comisión y criticó 'la falta de claridad de la directiva en cuanto a la coordinación europea'. Esta organización profesional desea un órgano único similar al que creó EE UU tras los escándalos en aquel país.

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