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Secretos de despacho

Arte entre los cartones de Europac

Es un tipo simpático, al que le sorprende en un primer momento la charla sobre pintura y que apenas se hable de la compañía. Que José Miguel Isidro, vallisoletano de 51 años, es un apasionado del arte es la primera pista que se ofrece al visitante nada más llegar a las oficinas de Europac, situadas en un parque empresarial al norte de Madrid. Obras de Mateos, Guinovart o de Bonifacio abrigan las paredes de los pasillos. En su despacho hay obras escogidas. De espalda a su mesa de trabajo, un cuadro del pintor vasco Bonifacio. Le gusta porque rompe con la monotonía de una estancia forrada de madera. 'La pintura le da profundidad a la habitación, la vista va más allá de la pared y eso siempre relaja', explica Isidro.

La afición por la pintura le viene de su madre, coleccionista de arte contemporáneo. æpermil;l comenzó a invertir en arte, comprando litografías y grabados, cuando tenía 18 años. Ahí le entró el gusanillo y sus ganas de apostar por pintores desconocidos. 'Luego te llevas una gran alegría cuando son reconocidos y descubres que has apostado a caballo ganador', señala.

Otra pared está decorada con una obra de Millares, realizada en arpillera blanca y negra. Y frente a la mesa un cuadro profundo, El estudiante perezoso, de Rodríguez Vigil. Cuando lo tiene delante sólo tiene un pensamiento: '¿Quién me habrá embarcado a mí en esta aventura?'. La respuesta se remonta a 1890 cuando su abuelo entró en el negocio del embalaje y del cartón en Valladolid. Poco queda ya de aquella empresa. Como recuerdo de aquellos inicios, guarda con especial cariño un maletín que llevaba su padre, Manuel Isidro, con las muestras de cartón. Pero eso ya es historia. La dimensión de la empresa es bien distinta. En 1995, surge Papeles y Cartones de Europa (Europac), tras la fusión de Papelera de Castilla y Papeles y Cartones de Cataluña. Se trata de un grupo joven, con más de un siglo de experiencia elaborando papel, cartones ondulados y embalajes, que en 1998 decidió salir a Bolsa. En 2002 la compañía facturó 170,34 millones de euros y un beneficio neto consolidado de 13,64 millones de euros.

'Una empresa que crece ha de ser agresiva. Una vez que se ha debatido, soy yo el que toma las decisiones

El secreto, afirma su presidente, no es otro que mantener alejada a la familia de la gestión, aunque no de la propiedad, y dejarlo en manos de gestores. 'Es importante mantener viva la ilusión a lo largo de las distintas generaciones, que sea un proyecto empresarial, pero también una ilusión de vida'.

Y con ese espíritu gestiona Europac. José Miguel Isidro define su labor como directivo similar a la de un 'dictador'. Lo explica: 'Hay que empujar y tirar del equipo. En una compañía que está continuamente creciendo, las decisiones son muy difíciles de tomar. Tenemos que ser muy agresivos y al final cuando se debate el que toma la última decisión soy yo'. Pero advierte que jamás le lleva la contraria a la opinión mayoritaria del equipo. En este sentido, apunta que no cree ser muy exigente con los que trabajan a su lado, aunque algunos opinen lo contrario. 'Más que exigir, lo que creo es que soy muy impaciente. Me gusta la exactitud'.

Con esa misma precisión cuelga los cuadros en la oficina. 'Tan importante como adquirir una obra importante es saber colgarla'. Tan decisivo es que puede mediatizar una reunión. 'Un cuadro dice mucho de la personalidad del propietario y en una reunión tensa puede relajar el ambiente', explica Isidro.

En su opinión, un cuadro y el arte en general siempre es amigable. En cambio, el ordenador es una herramienta hostil. 'No he nacido en la generación de los ordenadores ni de Internet. Me veo obligado a utilizarlo, pero no es mi amigo', afirma este ejecutivo. Reconoce que desde que se mudaron, hace tres años, a las nuevas oficinas disfruta de cierta calidad de vida. Vive a cinco minutos del trabajo y siempre que puede se escapa a comer a su casa. Es de esos directivos que derrochan mucho arte.

Las plumas como testigo

Guarda como testigo de todos los acontecimientos importantes de la compañía las plumas con las que ha rubricado acuerdos, fusiones o compras. Por ejemplo, la de la salida a Bolsa en 1998 de Europac. 'Sirven de testimonio y de recuerdo de todo lo que ha acontecido en esta empresa', señala José Miguel Isidro, que siempre escribe con pluma. En la misma estantería guarda fotos de familia y de empresa.Sobre la mesa tiene un pisapapeles con la forma de las piernas de una mujer, que compró en 1978 en Nueva York. Le han acompañado en todos los despachos que recuerda.En un rincón de la zona destinada a las visitas tiene un enorme colmillo, que adquirió en una subasta. No en vano otra de sus grandes aficiones es la caza y el campo. Y le gusta decir que es el último 'olivador de Castilla y León'. O un artista de la encina. 'Me encanta arreglar y podar estos árboles. Me inspiran muchísimo'.

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