_
_
_
_
El pulso exterior

Los lunes al sol de la deslocalización

Alo largo del pasado mes de diciembre y en el primer mes del año, nos estamos desayunando desgraciadamente con anuncios de deslocalizaciones empresariales, que van desde Galicia con las conserveras nacionales Calvo y Jealsa, hasta Cataluña con multinacionales de la electrónica como Philips o Samsung o del automóvil como Nissan, en un sombrío balance que colocará miles de empleos directos e indirectos más cerca de 'los lunes al sol' que de un nuevo empleo y que es consecuencia, por una parte, de la imparable y descontrolada globalización de los mercados, y por otra, de la falta de competitividad internacional de nuestras estructuras productivas.

Considerando que en el marco global en el que nos encontramos, la internacionalización y movilidad de nuestras estructuras productivas y de servicios, es una necesidad vital para evitar la crisis de nuestra economía apostar fuertemente por el aumento de la competitividad e internacionalización de nuestras empresas es fundamental, pero con prudencia y responsabilidad a la hora de considerar en la misma únicamente la deslocalización laboral como el factor compensador de la falta de competitividad empresarial.

Existen otros factores, como son la energía, las infraestructuras, la logística, la I+D+I, la formación, la renovación de las estructuras productivas y la creación de economías de escala, mediante reestructuraciones sectoriales, que acompañadas de medidas fiscales, financieras y de promoción, podrían minimizar la creciente falta de competitividad, que en un marco global y en un Estado socialmente avanzado genera un salario digno. En este contexto tienen especial relevancia las deslocalizaciones hacia los nuevos países del Este incorporados a la UE o en puertas, cuya regulación por parte de la Comisión, así como la creación por la misma de fondos de compensación hacia las regiones donde se producen las deslocalizaciones, evitaría que únicamente a través del dumping social y fiscal se midiera el nivel de competitividad empresarial.

Apostar por el aumento de la internacionalización de las empresas es fundamental, pero con prudencia

De lo que no hay dudas es de la falta de previsión del Gobierno por no haber tomado las medidas adecuadas al respecto durante los últimos años, que podrían haber paliado la creciente pérdida de competitividad de nuestra economía. Esta ausencia de medidas, con una irresponsabilidad y ceguera sin parangón, es muy posible que genere a lo largo de los próximos años un proceso imparable de deslocalizaciones, que en un contexto absolutamente legítimo de libertad empresarial provoque un repunte en la cifra de desempleados o subempleados que tranquilamente podría duplicar en los sectores afectados sus niveles actuales.

Y es que esa irresponsabilidad es tan acusada que mientras por un lado reconoce que el desempleo es el primer objetivo a reducir, por otro lado dedica parte de los Presupuestos no ya a reducirlo -como sería su obligación-, sino a todo lo contrario, a potenciarlo mediante su apoyo a difusas deslocalizaciones productivas en el sector conservero en Galicia, ya que según un informe solicitado por el Grupo Parlamentario Socialista con relación a la transparencia y control de los fondos de inversiones en el exterior, una de las empresas beneficiarias de los mismos, fue la conservera Calvo, con siete millones de euros procedentes de los presupuestos públicos para financiar la deslocalización fuera de España de una parte de su estructura productiva.

En este sentido, si ya es difícil hacer entender a los trabajadores cuyos puestos de trabajo se deslocalizan las políticas empresariales que los llevan a esta situación, es imposible convencerles de que sus propios impuestos, utilizados por la Secretaría de Estado de Comercio y gestionados al margen de la Ley de Contratos del Estado, no están sirviendo para propiciar su desempleo y a partir de una cierta edad y género, la marginación laboral y social de la mayoría de los hombres y mujeres afectados.

Ante tal cúmulo de incongruencias, nos tememos que volverán a plantarse de nuevo tiendas de campaña en el paseo de la Castellana de Madrid, como aún recordamos, para exigir que los políticos, funcionarios y bien pagados gestores que propician estas situaciones -algunas posiblemente vulnerando derechos sociales- sean invitados amablemente, en consideración a su especial sensibilidad social y responsabilidad con los recursos públicos, a descansar 'los lunes al sol', ya que tanto lo aconsejan y apoyan..., pero para los demás.

Doctor en Ciencias Económicas y miembro del grupo federal de comercio del PSOE

Archivado En

_
_