Pagarés, una alternativa a corto plazo
Con el precio del dinero en el 2%, las opciones para lograr una rentabilidad atractiva con el ahorro escasean. Mas aún si se pretende eludir todo tipo de riesgo y lo que se persigue es una ganancia segura.
La deuda pública es una opción. Otra lo son los depósitos a plazo fijo que ofrecen las entidades financieras. Pero si lo que se busca es arañar algún punto al interés que ofrecen estos instrumentos (sin tener en cuenta las ofertas de alta rentabilidad), una alternativa son los pagarés de empresa. Y teniendo en cuenta que los expertos se inclinan por la renta fija en sus plazos más cortos, la opción es clara.
Los pagarés de empresa son valores de rendimiento implícito con vencimiento inferior a 18 meses emitidos por una entidad privada. Su emisión responde a necesidades de financiación de las entidades emisoras, que son tanto compañías financieras como no financieras.
Tradicionalmente los inversores típicos de estos instrumentos han sido las empresas, ya que los utilizaban para colocar sus excedentes de tesorería. Además, a su favor está el favorable trato fiscal.
No obstante, y aunque los inversores particulares no obtienen el mismo beneficio, los expertos coinciden en señalar este instrumento como una alternativa a tener en cuenta.
'Es un instrumento muy atractivo y a corto plazo te permiten beneficiarte de todas las subidas de tipos', señala Julio Coto, director de renta fija del Banco Popular, el mayor emisor de este tipo de productos. Javier Sánchez-Girón, de BNP Paribas, coincide: 'Ofrecen entre 10 y 15 puntos básicos por encima de la deuda pública y los emisores son solventes'. Repsol, Caixa Catalunya, Bankinter o Renfe son algunas de las compañías que emiten habitualmente estos instrumentos, que gozan, en el caso español, de una muy buena calificación financiera. 'La mayoría tienen la máxima calificación de las agencias', explica Ignacio Fiter, director de renta fija de Banesto.
El crecimiento de este mercado es innegable. En 2003, el volumen de contratación de estos instrumentos fue de casi 262.000 millones de euros y se emitieron pagarés por valor de 156.000 millones. Respecto a 2004, Alcántara estima que, aunque son pocos los emisores que aún no emiten pagarés, su número seguirá aumentando. 'El primer semestre será muy bueno dada la necesidad de financiación que tienen las empresas'. No sólo eso. Una alza de tipos haría repuntar el mercado de renta fija por la subida de las rentabilidades.
La fiscalidad, su mayor cortapisa
Si hay una característica que diferencia los pagarés de empresa de los activos de deuda pública es el trato fiscal que tiene cada uno de cara al inversor. Y es que mientras que para un particular invertir en letras no supone sufrir retención alguna, no sucede lo mismo con los pagarés de empresa, que tienen una retención del 15%. Esta diferencia es, según los expertos, el mayor inconveniente a la hora de invertir en este tipo de instrumentos. Así lo pone de manifiesto Julio Alcántara, director general adjunto de AIAF, 'creemos que debería equipararse su trato fiscal al de las letras del Tesoro, ya que son muy similares'. Y es que, al contrario de la fiscalidad que tienen estos instrumentos para las compañías, de cuya retención están exentos, los particulares sí la sufren. De ahí el reclamo de las instituciones. 'Además de AIAF, otras instituciones como el Banco de España han reclamado este cambio de fiscalidad', añade.Además de este factor, el valor nominal mínimo (del orden de 1.000 euros) que tienen estos instrumentos es otra de las desventajas, según algunos expertos. 'Esto hace complicado el acceso de muchos particulares', indica Susana Sánchez, de Gesmadrid.Y es que cuanto mayor es el emisor, mayores son las posibilidades que tiene de lograr un tipo de interés atractivo. 'A los grandes emisores se les hacen los pagarés a su medida', señala Julio Coto, director de renta fija de Banco Popular.