Reino Unido se une a la fiebre de las demandas contras quienes se bajan música de la Red
La industria británica de la música demandará a quienes intercambian canciones online, a menos que dejen de ubicar su colección de música en Internet para que otros la descarguen, según anunció ayer el principal responsable del ramo en Reino Unido en declaraciones recogidas por Reuters.
"Queremos incrementar el conocimiento del consumidor de las implicaciones legales de compartir archivos. Queremos introducir nuevos servicios legítimos [de descarga online]. Si éstos no están funcionando, entonces tiene que haber un grado de aplicación de la ley", explicó Andrew Yeates, director general de la asociación de la industria británica fonográfica, conocida por las siglas BPI, que representa a los grandes sellos mundiales como son EMI, BMG, Sony Music, Warner Music y Universal Music.
Estas palabras, pronunciadas al margen de un acontecimiento musical, representan la declaración más clara hasta ahora de que la industria de la música europea está preparada para seguir los polémicos pasos de Estados Unidos.
En septiembre, la asociación de la industria discográfica en ese país, la RIAA (Recording Industry Association of America, lanzó una auténtica cruzada legal para erradicar la piratería cibernética, al demandar a unos 400 particulares por distribuir temas en redes de intercambio de archivos.
Aunque los métodos para rastrear dichas prácticas han sido declarados ilegales por un tribunal estadounidense, por supuesta vulneración del derecho a la intimidad, hace unos días la organización sin ánimo de lucro The Pew Internet & American Life Project divulgó un estudio según el cual semejantes amenazas habrían provocado que el número de descargas musicales se haya reducido en pocos meses a la mitad.
Medidas "proporcionales"
Yeates es partidario de que las medidas legales, aunque enérgicas, sean también "proporcionales", lo que sugiere según la agencia Reuters que la BPI perseguiría a los mayores artífices del trueque y dejaría en paz al que comparte música ocasionalmente. También insinuó que las acciones legales no se emprenderán hasta después de que nuevos servicios de descarga de música respaldados por la industria, como el de Apple o el Napster de Roxio hagan su debút europeo, previsiblemente este año. En otras palabras, si tienen éxito y reducen la piratería, las medidas podrían no ser necesarias, confesó.
La industria de la música culpa a los servicios de intercambio de música como Kazaa y Grokster de crear un macromercado negro de canciones gratuitas en Internet, que perjudica significativamente las ventas de CD. Hace tan sólo unos días, BPI confirmó la apertura de una investigación a una serie de tiendas minoristas online, incluyendo a Amazon.com, para determinar si están violando la ley al vender discos con descuento.