Asesor financiero, ¿dígame?
Yo no me caso con nadie'. Alejandro Scherk, asesor financiero independiente, asegura no conocer a nadie, aparte de él mismo, que se dedique a la asesoría financiera con total independencia, al margen de bancos y cajas. Haberlos, haylos, sin embargo, aunque es un gremio de profesionales casi en peligro de extinción debido a las limitaciones legislativas que lo regulan.
El asesor financiero independiente es aquel que ofrece sus servicios de asesoramiento financiero a clientes particulares y les recomienda una cartera adecuada a su perfil de riesgo. La ventaja reside en esa independencia de que hacen gala, porque recomiendan productos de cualquier entidad según su propio criterio y sin recibir comisiones de los bancos por vender este o aquel producto. La tarea es complicada, no obstante, porque por ley un asesor de estas características no puede captar dinero de los clientes ni intermediar entre éste y el banco. Tan sólo puede hacerlo si tiene un contrato de exclusividad con una sociedad de servicios de inversión, con lo cual deja de ser independiente.
'Es una profesión difícil porque nadie está dispuesto a pagar por recibir asesoramiento', sostiene Josep Soler, de la Asociación Europea de Planificación Financiera (EFPA). A diferencia de los agentes dependientes de las entidades financieras, el independiente recibe la comisión del cliente y no del banco por vender sus productos. 'El asesor financiero se encuentra condicionado por la compañía a la que representa y los productos de esa entidad', explica Alejandro Romagosa, presidente de la Asociación de Profesionales Asesores de Inversión y Financiación (AIF). 'Debería ser un representante del cliente, no de la compañía'.
Es una profesión difícil, ya que en España muy pocos están dispuestos a pagar por que les asesore
Los inversores que reclaman esa asesoría financiera no tienen por qué ser grandes patrimonios, pero sí son personas con una inquietud financiera y capacidad de ahorro suficiente, de unos 100.000 euros en adelante.
Las asociaciones de asesores financieros trabajan para conseguir la regulación en España de una figura como la del IFA anglosajón, asesores independientes que sí pueden captar dinero e intermediar. El sector tiene la mirada puesta en la próxima directiva europea de servicios de inversión, que podría dar pie a la creación de esta figura en España. Uno de los requisitos que se barajan es la exigencia de una póliza de responsabilidad civil que dé garantías al cliente.
Entretanto, su esfuerzo se dirige hacia la autorregulación y la creación de códigos deontológicos que generen la confianza suficiente entre los inversores. El título de asesor financiero europeo de la EFPA, aunque no es obligatorio para ejercer, es cada vez más un referente de confianza que se impone buena parte de la profesión. 'Nosotros nos hemos comprometido a ir a la escuela aunque tenemos muchos años de experiencia', cuenta Alfonso Ramón-Borja, agente independiente alicantino adscrito a la red de Tressis. Su equipo, miembros de la antigua AB Asesores y posteriormente de Morgan Stanley, se ha comprometido a sacarse el título de la EFPA.
A falta de una regulación legal propia, muchos profesionales aprovechan el actual marco normativo para trabajar en un régimen de semiindependencia. Es lo que han hecho entidades como Tressis o Inversis, sociedades capacitadas para la intermediación que distribuyen productos de terceros. Muchos asesores independientes trabajan bajo el paraguas exclusivo de estas sociedades, como marca la ley, pero distribuyen productos, fundamentalmente fondos, de muchas entidades con las que la sociedad ha llegado a acuerdos de distribución.
'Esta fórmula permite que el asesor, bajo la forma de agente financiero nuestro, pueda vender productos de muchas gestoras', explica José Miguel Maté, consejero delegado de Tressis. Obviamente, independencia pura no existe, porque el asesor cobra de la sociedad una parte de la comisión que ésta ingresa por vender el producto. El agente, en todo caso, dispone de herramientas tecnológicas para poder comparar los distintos fondos y elegir el que a su juicio es más adecuado para su cliente.
El asesor independiente en estado puro cobra de su cliente por asesorarle tanto en temas financieros como fiscales, por ejemplo. 'Lo hago porque me gusta, pero no es demasiado rentable', reconoce Alejandro Scherk, buena parte de cuyos ingresos proceden de su propia cartera de inversión. 'Es más un proyecto de vida que un negocio'.
Las armas
ConfianzaEs la clave de todo asesoramiento. Sin la confianza del cliente difícilmente puede trabajar el asesor que va por su cuenta.IndependenciaPoder recomendar productos de distintas entidades permite elegir lo mejor del mercado.ConocimientoLa experiencia es un grado. Los profesionales suelen sacarse la titulación de asesor de manera voluntaria.TecnologíaUna buena base de datos es absolutamente necesaria para asesorar en condiciones.