La presión fiscal sube por el alza de las cotizaciones
Después de décadas de incrementos constantes, la carga fiscal se redujo en 2002 por segundo año consecutivo en los países de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico). Pero no en todos.
Según las estadísticas de ingresos de la organización, el peso de la fiscalidad sobre el PIB en España pasó del 35,2% en 2001 al 35,6% en 2002, consolidando así una trayectoria de 28 años consecutivos de subida de la presión fiscal, sólo interrumpida en 1990. Entre los Quince, la carga fiscal en 2002 sólo subió en Bélgica, Luxemburgo, Portugal y España.
El incremento registrado por la presión fiscal en España está directamente vinculado al peso de las cotizaciones sociales sobre el total de ingresos. Mientras el conjunto de la presión fiscal española aún se sitúa casi cinco puntos por debajo de la media de la Unión Europea (35,6% frente a 40,5% en 2002), las cotizaciones a la Seguridad Social representaban en España el 12,6% del PIB, frente a una media de los Quince del 11,4% y del 9,4% para el conjunto de los 27 países de la OCDE, según datos correspondientes a 2001.
La importancia del IVA como fuente de ingresos resalta en todos los países
Este desequilibrio recae masivamente sobre las empresas españolas. La carga que soportan los trabajadores españoles por este concepto (2,1% del PIB) queda muy por debajo de la de sus vecinos de la UE (3,7%) e incluso de los del conjunto de la OCDE (3%).
Sin embargo, las cotizaciones que pagan las compañías suponen un 8,7% del PIB, muy por encima de sus vecinos europeos (6,6%) y del resto de los países de la OCDE (5,8%).
De hecho, España es uno de los ocho países de la OCDE (junto a Austria, República Checa, Francia, Alemania, Japón, Holanda y Eslovaquia) en los que las cotizaciones sociales representan la principal fuente de ingresos del Estado.
Estos datos respaldan las reiteradas peticiones de rebaja generalizada de las cuotas sociales por parte de la patronal CEOE. El Gobierno del PP, sin embargo, ha optado por una rebaja selectiva de las mismas para favorecer la contratación de determinados sectores.
Rebajas fiscales
El informe de la OCDE revela que la carga fiscal cayó en 2002 en 16 de los 27 países de la OCDE para los que hay datos disponibles. La organización explica este descenso por la 'ola de rebajas fiscales' que han impulsado los principales países desde el año 2000. De hecho, 15 países de la organización han reducido los tipos que gravan los ingresos personales en ese periodo y 12 han rebajado la carga sobre los beneficios empresariales.
Pero ésa no es la única explicación. La desaceleración económica de los últimos años ha provocado una merma de los beneficios empresariales y de la renta personal, que se ha traducido en una caída de los ingresos del Estado. æpermil;ste es el motivo por el que Austria, Canadá, Grecia, Irlanda, Turquía y Reino Unido han visto reducida su presión fiscal. En el caso contrario se sitúan Luxemburgo y Nueva Zelanda.
La OCDE también constata la creciente importancia del IVA como fuente de ingresos de los países, lo que ha servido para contrarrestar el descenso de los ingresos derivados de tributos específicos sobre el consumo.
El coste del envejecimiento y el paro
La caída del peso de los ingresos personales en los países de la OCDE ha corrido paralela al incremento del peso de las cotizaciones sociales', asegura el informe de la organización. De hecho, las cotizaciones representaban en 2001 el 25% del total de los ingresos fiscales, frente al 18% que suponían en 1965. Este incremento 'parece estar directamente ligado a la creciente presión de los gastos derivados de un mayor desempleo, el envejecimiento de las poblaciones y el ascendente gasto público en programas sanitarios', justifica la organización. En Europa, las cotizaciones están directamente vinculadas al desarrollo del modelo del Estado de bienestar, explica la OCDE. Aun así, la carga de las cotizaciones sociales varía desde el 4% de Dinamarca al 40% de Alemania y el 45% de la República Checa. España se sitúa en la parte media de la tabla con el 12,6%.
Una evolución muy dispar
Pese a la tendencia general, los ingresos en los distintos países de la OCDE ofrecen profundas diferencias entre sus miembros. Las peculiares características de su sociedad, la situación de la economía y las políticas fiscales aplicadas por los Gobiernos subyacen en el origen de esa evolución dispar.1Frente a la caída general de la carga fiscal como media de la OCDE, en Luxemburgo, Eslovaquia y Nueva Zelanda la carga fiscal creció el año pasado más de un punto porcentual. Por el contrario, la caída de la presión impositiva superó el 1% en otros siete países (Austria, Hungría, Reino Unido, Canadá, Irlanda, Grecia y Turquía).2Suecia cuenta con la mayor carga fiscal de toda la UE y de toda la OCDE, con un peso de sus ingresos sobre el PIB que se eleva al 50,6%, lo que supone el menor nivel desde 1995. En el lado contrario se sitúa Irlanda, donde los ingresos impositivos suponen el 28% del PIB, mientras la media de los Quince se sitúa en el 40,5%.3Aunque EE UU y Japón no han facilitado datos relativos a 2002, la presión fiscal en la primera y la segunda economías mundiales fue del 28,9% y el 27,3% en 2001, respectivamente, muy por debajo de la media registrada en la OCDE, que asciende al 36,9%.4Alemania es el país que más ha avanzado en la descentralización fiscal. El Gobierno federal sólo gestiona el 30,6% de los ingresos fiscales, mientras que los länder manejan el 22% de los mismos y los ayuntamientos, el 7,3%. El 39,8% restante corresponde a la Seguridad Social. Nueva Zelanda, Australia y México son los que menos reparten sus ingresos entre los distintos niveles de gobierno.