La huelga de las contratas paraliza toda la industria de Puertollano
La huelga indefinida que mantienen desde el lunes los empleados de las empresas subcontratistas de Repsol en Puertollano está afectando también al resto de las compañías instaladas en el complejo petroquímico de esta localidad. UGT acusa a Repsol de haber presionado a las empresas auxiliares contra las reivindicaciones económicas de los huelguistas. Mientras, el Gobierno regional toma cartas en el asunto y decide intermediar.
El conflicto abierto entre las empresas subcontratistas de Repsol y sus más de 3.000 empleados está haciendo mella en el resto de las grandes empresas que componen el polo químico de Puertollano, además de otras de menor tamaño instaladas en el polígono industrial. Junto a las plantas de Repsol Petróleo y Repsol Química, están instaladas las de Fertiberia, Air Liquide o Elcogas, entre otras. Todas ellas están afectadas, en mayor o menor medida, por el paro indefinido que siguió a la ruptura de las negociaciones entre los sindicatos y la Federación de Empresarios de Puertollano (Fepu) el pasado sábado.
Desde Fertiberia reconocen que la huelga les está afectando 'indirectamente', ya que en la planta de Puertollano todas las labores de mantenimiento están subcontratadas. Un portavoz subraya que Fertiberia 'está al margen del conflicto y somos una parte pasiva'. Por otro lado, en Air Liquide no aportan datos sobre los efectos del paro, del que 'son totalmente ajenos', según una portavoz. Además de la huelga en sí, estas empresas reconocen que sus empleados fijos están teniendo problemas para entrar en las instalaciones, cuyos accesos permanecen bloqueados por los huelguistas.
De las 70 empresas auxiliares que trabajan para Repsol, la mitad están ubicadas en Puertollano y muchas de ellas ofrecen también sus servicios al resto de las petroquímicas. Son, principalmente, especialistas en construcción, ingeniería electrónica, instrumentos de medición y montaje.
La refinería de Repsol, que en situación normal fabrica 140.000 barriles diarios, con un nivel medio de utilización de su capacidad productiva del 82%, tiene en marcha un plan de ajuste de la producción, 'algo que es habitual cuando se producen paradas técnicas de larga duración', según un portavoz de la compañía.
Así, para evitar el desabastecimiento en las estaciones de servicio de la zona centro, señala, 'estamos transportando gasóleo desde Cartagena, a través del oleoducto que une esta refinería con la de Puertollano, y desde aquí se reparte'.
Estas mismas fuentes aseguran que, ante las dificultades para poder trabajar, '1.500 empleados de las empresas auxiliares que no están ubicadas en Puertollano se han marchado fuera'.
Acusaciones
Tras la ruptura de las negociaciones el pasado sábado, la Junta de Castilla-La Mancha ha tomado cartas en el asunto. Así, a última hora de la tarde de ayer, la directora general de Trabajo de la comunidad, María José López Lozano, convocó a la mesa de negociación a los representantes de las Federaciones del Metal de UGT y CC OO y a la Fepu.
El sindicato UGT acusa abiertamente a Repsol de 'haber presionado a las subcontratistas para que no aceptasen el plus industrial que reivindican los trabajadores en huelga', según fuentes de este sindicato. Para ello, añaden, 'han amenazado a las empresas con retirarles los contratos en Puertollano y en el resto de las refinerías si aceptaban nuestras peticiones'.
Este plus supone seis euros diarios para cada trabajador (algo que ya tienen los de la planta de Algeciras), pero mientras los sindicatos piden que sea extensivo a todos los trabajadores de las subcontratas, los empresarios sólo aceptan que se pague a los del sector de la metalurgia y, en todo caso, a los de la construcción.
En la compañía que preside Alfonso Cortina aseguran que están al margen de esta negociación, pues su relación con las empresas auxiliares se establece a través de contratos de obra, a veces por hora. Sin embargo reconocen que el coste de los servicios se ha disparado un 300% desde el año 2000. Así, en este periodo el coste de la hora trabajada ha pasado de 18 euros a 60 euros.
La petrolera confía en Bolivia
La compañía que preside Alfonso Cortina no tiene planes de abandonar el proyecto de exploración de gas natural en Bolivia valorado en 6.000 millones de dólares, después de que el presidente del país, Gonzalo Sánchez de Lozada, cancelara las exportaciones de gas. Este proyecto ha sido la chispa que ha provocado los sangrientos sucesos que sufre el país andino.Un portavoz de Repsol declaró ayer que la compañía todavía confía en producir gas desde el campo boliviano de Margarita, destinado a la exportación a Estados Unidos y México a través de Chile.Por su parte, el secretario de Estado de Cooperación y para Iberoamérica, Miguel Ángel Cortés, señaló ayer que no se trata de una cuestión empresarial, sino 'política' que tienen que resolver los bolivianos.
Extensión del conflicto
En medio del enquistamiento de las negociaciones, las federaciones del metal han amenazado con hacer extensivas las reivindicaciones laborales de Puertollano al resto de las refinerías del grupo. Esto podría llevar la huelga a Cartagena y Tarragona. De no alcanzarse un acuerdo, los huelguistas están estudiando también la convocatoria de una manifestación ante la sede de Repsol en Madrid.Sin embargo, representantes sindicales de la propia Repsol consideran difícil esta ampliación del conflicto. En su opinión, hace falta una masa crítica de gente que no hay ahora en otras refinerías. En el momento del accidente de agosto, que costó la vida a nueve trabajadores, trabajaban en la refinería 3.500 subcontratados, frente a 950 de plantilla, según datos de Repsol. Sin embargo, esta es una situación excepcional, ya que se había programado una parada técnica de dos meses en septiembre, algo que sólo se hace cada cinco o seis años.Además, argumentan estos representantes, el peso de Repsol en el complejo químico de Puertollano es muy superior al que tiene, por ejemplo, en el de Tarragona, donde hay multitud de grandes empresas.