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Cinco sentidos

Mi Mercedes lleva asientos de Armani

¿Diseño o marketing? ¿Elegancia o puro negocio? Las fronteras se diluyen, a juzgar por las opiniones vertidas desde que la mítica fábrica de coches de lujo Mercedes contratase al no menos mítico diseñador italiano Armani para crear juntos un nuevo modelo de coche: el Mercedes-Benz CLK Giorgio Armani Design Car.

Fabricante y modisto ya son socios antiguos. Sin ir más lejos, ambas marcas comparten listas de clientes. En los últimos meses, además, colaboraban juntos en la retrospectiva sobre su obra, y que Armani había llevado a Berlín, Londres, Roma, Tokio y los Ángeles (Mercedes ponía el dinero; Armani, la obra).

Así que no fue extraño que a mediados de mayo los directivos de Daimlerchrysler le hiciesen una proposición: '¿Por qué no diseñas el interior de un coche para nosotros?'.

El modisto aceptó. La base sobre la que partiría sería el Mercedes CLK. Su intención sería la de recuperar 'algo de aquella artesanía que se relaciona con los coches de época', una idea que se ajusta como un guante a la conocida sobriedad en el diseño del italiano. Así, según el comunicado de prensa emitido por el fabricante, el coche está salpicado 'con matices arenosos, llamados Sabbia palabra que, no en vano, significa arena en italiano, algo típico en la paleta de colores de Giorgio Armani'. Los paneles de las puertas, los salpicaderos y los asientos están hechos de una fibra sintética gris y de cuero marrón al que se le dio el nombre de Cuoio (cuero en el idioma del autor). Las ruedas son verde oscuro; la carrocería, gris metalizado.

A los fanáticos de Mercedes-Benz, sin embargo, les espera un chasco. Nunca podrán comprar este coche. La casa apenas fabricará dos prototipos que enseñará en 'algunas importantes ciudades del mundo'.

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