Cómo hacer dinero con la energía solar
No sólo se tiene en cuenta el mero interés económico, también hay un fuerte componente social', declara Mauricio Olite, director comercial de Aesol. Esta empresa navarra, especializada en energía solar, además de instalar unidades térmicas y fotovoltaicas, ha desarrollado una novedosa forma para permitir que aquellos que crean en la energía limpia y renovable puedan además invertir en ella.
El sistema es, a simple vista, muy sencillo. El interesado compra una instalación solar, concretamente un buskil que fabrica Aesol y que dispone de 36 módulos fotovoltaicos de BP. Según insisten en la empresa navarra, el buskil, gracias a su sistema seguidor del sol, puede superar hasta un 35% la captación de energía de una instalación fija.
Este panel solar se instala en un terreno, que denominan Huertaesolar, propiedad de Aesol. Se trata de una pequeña central solar en que cada propietario tiene enchufado en la red su unidad fotovoltaica y toda la energía que produzca se la pagan a un precio con prima.
Por tanto, mientras más energía produzca la instalación solar, mayor rentabilidad obtiene el propietario. Aesol se encarga de cuidar y explotar estas minicentrales solares. A cambio, el propietario paga 160 euros al año por el servicio.
Pero en la práctica es algo más complejo. Una instalación solar cuesta 60.000 euros y la rentabilidad anual media es de 4.400 euros. Por tanto, la inversión puede considerarse económicamente ruinosa, pues se precisan más de 13 años para recuperarla. El truco reside en las muchas ayudas que se reciben de las Administraciones a este tipo de energía.
Según Olite, la subvención que se puede obtener entre el IDAE y las comunidades autónomas puede llegar hasta la mitad de la inversión. A ello se suma que la IDAE, a través del ICO, ha establecido una financiación muy interesante, con cero tipo de interés. Y, por último, tienen una desgravación en el IRPF del 10%.
Sin embargo, las subvenciones son complejas y diferentes según comunidades autónomas. Por ello, Aesol se encarga de los trámites, y hasta que no se ha concedido la subvención no se cierra el contrato y no se paga nada.
Otro handicap es la inestabilidad en el precio que se paga por kilovatio. En la actualidad es de 0,3966 euros, pero se modifica cada cuatro años. Pero, por una vez, una buena noticia. José Folgado declaró a Cinco Días que un nuevo real decreto está ultimado y 'dotará al sistema de mayor estabilidad'.