Incentivos fiscales y riqueza
Las comunidades autónomas disponen desde enero de 2002 de amplias competencias en materia fiscal, y prácticamente en todos los impuestos, con la excepción del impuesto sobre el valor añadido y, parcialmente, del impuesto sobre el beneficio de las sociedades, amén de las cotizaciones sociales. Sin embargo porahora sólo han ejercido este privilego de forma parcial y sesgada, con una inclinación localista y electoral de corto alcance.
Casi todos los Gobiernos autonómicos, pese a tener en sus manos una de las mayores proporciones de gasto público de los países descentralizados, se han limitado a picotear el impuesto sobre la renta en las cuestiones relativas a mujeres, compra de vivienda, guarderías, etcétera. Cuestiones sensibles para el sufragio, pero con coste insignificante para la Administración. Ninguno ha entrado a modificar la tarifa del IRPF, clave de los impuestos personales, en el tramo del 30% sobre el que tienen tutela.
Sin embargo, empiezan a aparecer impuestos nuevos, aparentemente inofensivos y disfrazados de eufemísticas denominaciones ecológicas, que, junto con subidas sistemáticas en tributos subterráneos o secundarios, como transmisiones patrimoniales o actos jurídicos documentados, suponen serios repuntes nada despreciables en la presión fiscal autonómica.
La Constitución, los estatutos de autonomía y los pactos sobre financiación pública están para aplicarse. Las comunidades deben utilizar sus prerrogativas fiscales sin temor, buscando siempre el estímulo a la actividad, que ha demostrado ser la vía más sólida de generar riqueza e incrementar los recursos sin más impuestos. En vez de perseguir vía judicial a quien incentiva el negocio y el riesgo, deben aplaudirse los pasos adelante en este sentido. No hay riesgo de quiebra del mercado ni de competencia desleal. En cuanto a la cohesión nacional, es el Estado el que debe velar por ella y cuenta con herramientas para hacerlo. Herramientas que, por otro lado, no deberían cuestionarse ni siquiera en la mas dura de las pugnas electorales.