Italia, también a oscuras

Italia entera, con la única excepción de Cerdeña, quedó ayer a oscuras por un apagón sin precedentes en su historia. Hasta doce horas pasaron a oscuras cerca de 57 millones de residentes en un país que importa una quinta parte de la luz que consume a sus vecinos. El origen del monumental fallo en la red era ayer motivo de cruces de acusaciones entre Italia, Francia y Suiza, donde finalmente se localizó el primer incidente.

Queda en evidencia la inseguridad del suministro eléctrico en los países industrializados, que han registrado en los últimos años un rápido aumento de la demanda que no ha sido correspondido con las inversiones necesarias en generación y, sobre todo, distribución. Este año se han sucedido con una frecuencia alarmante cortes de gran magnitud, como el que el pasado mes de agosto afectó a una gran zona en la costa este norteamericana, incluida Nueva York. Londres, Suecia y Dinamarca han sufrido hechos similares en las últimas semanas. En España fue Baleares la que quedó a oscuras durante algunas horas en julio.

Ningún país moderno puede estar expuesto a una paralización completa. Hechos como los que se han repetido en los dos últimos meses deberían animar a avanzar en el mercado único europeo de la energía y propiciar una revisión a fondo de unas redes que no fue diseñadas para una demanda como la actual. Sin salirse del beneficioso camino de la liberalización, la garantía del suministro debe ser una prioridad para las autoridades políticas y para las empresas del sector.