Los escasos avances de Cancún amenazan la ronda comercial de Doha
El presidente de la conferencia, el canciller mexicano Luis Ernesto Dérbez, presentó en la madrugada del sábado (hora española) un borrador de declaración que cosechó la crítica generalizada. El documento exigía a EE UU, la Unión Europea y otros países ricos la reducción de los subsidios agrícolas en 300.000 millones anuales.
Para los países en desarrollo, la propuesta resulta inaceptable, entre otras cosas porque entienden que el borrador parece legalizar los créditos a la exportación agrícola y supone una 'reinterpretación' de la declaración alcanzada en Doha en noviembre de 2001. Asimismo, el borrador propone extender por un plazo indeterminado la 'cláusula de paz', una tregua concedida a los países ricos para que los demás no presenten contra ellos protestas formales ante la organización sobre sus medidas agrícolas. La cláusula vence a finales de este año.
Así las cosas y aunque la reunión ministerial debía concluir ayer después de cinco días de negociaciones, fuentes de la OMC apuntaban que si no había acuerdos la conferencia podía prolongarse hasta hoy.
El documento presentado por México 'podría poner en peligro la actual Política Agrícola común, que requeriría de una nueva reforma', dijo el ministro de Agricultura español, Miguel Arias Cañete. A su juicio, los demás países pueden descontar las concesiones realizadas con la reforma, 'con lo que algunos pueden pensar que hubiera sido mejor hacer la reforma después de Cancún'.
Y es que la agricultura ha evidenciado las profundas diferencias existentes en Cancún entre los países ricos y los menos desarrollados.
Pero no sólo los temas agrícolas impedían el acuerdo. Los denominados 'temas de Singapur', que agrupan cuestiones como la inversión extranjera, la política de competencia y las compras gubernamentales.
La UE lanzó ayer una propuesta para negociar por separado el tratamiento de la inversión y la política de competencia para lograr el apoyo de los países asiáticos.
Las complicaciones electorales
El representante estadounidense, Robert Zoellick, confiaba hasta el último momento en alcanzar un acuerdo en la cumbre de Cancún porque, de lo contrario, 'se perderá una oportunidad de avanzar en el proceso de liberalización comercial que no llegará hasta fines de 2005', aseguraba.Zoellick aludía, así, a la celebración de elecciones presidenciales que tendrá lugar en Estados Unidos en noviembre de 2004. La convocatoria electoral paraliza cualquier negociación, que no será retomada por el nuevo equipo hasta su nombramiento, entre finales de enero y principios de febrero de 2005, fechas en las que teóricamente debería estar finalizada la actual ronda acordada en Doha.Para los negociadores europeos la fecha de tampoco resulta indiferente. En noviembre del próximo año se elegirá una nueva composición de la Comisión Europea, lo que hará prácticamente inútil el encuentro fijado para diciembre de 2004 en Hong Kong.