El desacuerdo en agricultura augura escaso éxito para la reunión de Cancún
La reunión de Cancún es sumamente importante porque determinará las políticas agrícolas del siglo XXI', declaró la semana pasada el ministro de Comercio de Japón, Yoshiyuki Kamei. Pero su Gobierno ha sido de los primeros en oponerse al borrador de declaración preparado por el presidente de la OMC, Carlos Pérez del Castillo, porque, en su opinión, liberaliza demasiado la agricultura.
Japón es uno de los países que más subsidios concede a sus agricultores, unos 47.000 millones de dólares al año. El apoyo del Estado a los productores de arroz, por ejemplo, asciende al 700% de los costes de producción. Y es que ese es precisamente el escollo en las negociaciones. Las ayudas que los países ricos conceden a la agricultura y que ascienden a 230.000 millones de dólares al año lastran el comercio de los países pobres. Las propuestas para mejorar esta situación no convencen.
EE UU y la UE proponen recortar las ayudas y los subsidios a la exportación, pero los países exportadores, agrupados en el Grupo de Cairns, al que pertenecen, entre otros, Brasil, Nueva Zelanda, Australia y Suráfrica, son más ambiciosos. Exigen la eliminación total de los subsidios a la exportación y un recorte mayor de las ayudas. La UE apoya su agricultura con cerca de 100.000 millones de dólares al año, y EE UU, con 50.000 millones.
Pero Bruselas cree que ya ha cumplido al desvincular las ayudas a la producción en la reciente reforma de la política agraria común, y exige que el resto de los países muevan ficha y abran sus mercados a los productos europeos.
El acuerdo agrícola debería haberse alcanzado en marzo, pero hasta la fecha no se ha cumplido el calendario de la ronda. De hecho, el mayor avance se logró el mes pasado, al cerrar un acuerdo sobre el acceso de los países pobres a las medicinas genéricas, que debía haberse aprobado en diciembre de 2002. Esta era una condición indispensable para que los países en desarrollo cedan en otros asuntos. Pese a este logro, las negociaciones siguen en la cuerda floja.
El secretario de Estado de Comercio, Francisco Utrera, asegura que, incluso si no hay acuerdo, 'las negociaciones van a proseguir después de Cancún'. En su opinión, podría darse la posibilidad de que el plazo de negociación de la Ronda de Doha, que debía finalizar en enero de 2005, se alargue. No obstante, hay prisa. Y es que la recuperación del crecimiento mundial depende en gran parte de un repunte del comercio, que está en crisis desde 2001.
Nepal y Camboya, dos nuevos socios
Además de la Ronda de Doha, la reunión de Cancún tendrá espacio para tratar otros temas, como el acceso de nuevos socios. Los ministros de la OMC aprobarán en la ciudad mexicana la entrada en la organización de Nepal y Camboya. Con ellos, el número de miembros se eleva hasta 148, 6 más que en la última reunión ministerial, en 2001. La OMC dará así entrada por primera vez en su historia a 2 de los 49 países menos adelantados (PMA), los más pobres de la economía mundial.
La puja por los 'temas de Singapur'
La UE y Japón llegan a Cancún con la intención de incluir nuevos temas en las negociaciones. Los llamados 'temas de Singapur' son: la inversión, la competencia, la transparencia y la facilitación del comercio. Los países en desarrollo se niegan a ello. Gonzalo Fanjul, del departamento de estudios de Intermón Oxfam, denuncia que 'sería un cheque en blanco para las empresas transnacionales de la UE, EE UU y Japón', que entrarían en estos mercados pero devolverían los beneficios a sus países de origen.
Un foro alternativo por el comercio justo
Representantes de cientos de ONG y organizaciones campesinas participarán en un foro alternativo. El Foro de los Pueblos se inaugurará un día antes, el 9, y dará cabida a conferencias, manifestaciones y actividades lúdicas con carácter pacífico. Oxfam entregará a los representantes de EE UU y la UE y al director general de la OMC, Supachai Panitchpakdi, 4.000 firmas que reivindican un comercio más justo. Entre ellas, nombres como el de Kofi Annan, secretario general de la ONU, o el nobel de la Paz Desmond Tutu.
Patentes, el único acuerdo cerrado
El único triunfo con que llegan las delegaciones a Cancún tras dos años de negociaciones es un acuerdo sobre el acceso a los fármacos baratos por parte de los países pobres que no tienen capacidad de producción. Los países industrializados se han comprometido a no aprovecharse de esas medicinas, que deberán diferenciarse por el etiquetado. Las ONG denuncian, no obstante, que se imponen muchas trabas burocráticas, al exigir autorización del país importador y del exportador de los genéricos.