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Lealtad, 1

Poco que ganar con la Fed

Nadie espera que Alan Greenspan mueva los tipos de interés en la reunión de la Reserva Federal de hoy. Hace unos meses el mercado otorgaba una probabilidad moderada a una rebaja de tipos, ya no en esta reunión en concreto, pero sí antes del otoño. Ahora las perspectivas económicas han cambiado. Tanto, que un recorte de tipos podría conllevar fuertes caídas en la renta variable, pues lo sorpresivo del movimiento implicaría, según el razonamiento que han seguido los mercados en los últimos años, que hay debilidades de fondo en la economía que obligan a tomar medidas de estímulo urgentes, sin esperar a tener más evidencias después del verano.

Esta es la parte buena. La parte mala es que, en el mejor de los casos, no pasará nada y los mercados seguirán su curso. La cita de esta tarde-noche (20.15 horas) es como uno de esos partidos de Liga en estadios modestos. Hay mucho que perder, pero poco que ganar.

Los beneficios para el bolsista pueden llegar a través del discurso de Alan Greenspan. De hecho, las cotizaciones de los bonos reflejaban ayer las expectativas de un discurso optimista. Pero no hace falta ser un atento observador de la Reserva Federal para saber que, si algo caracteriza los discursos de Greenspan, es la calculada ambigüedad. Tampoco puede decir que la economía está perfectamente encarrilada, puesto que entonces no tendría sentido mantener los tipos al 1%. Incluso, aunque lo hiciese, las rentabilidades a largo plazo se dispararían, creando lo que algunos expertos llaman 'la tormenta perfecta' en el mercado de bonos: una anticipación excesiva de la recuperación que provocase nuevos desplomes históricos en la renta fija crearía tantas distorsiones en los mercados que la propia recuperación quedaría en tela de juicio. Así las cosas, el mejor de los escenarios para hoy es un discurso sólo un poco más optimista de la cuenta.

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