Déficit histórico en el suministro energético en Baleares
El problema del suministro energético en las islas Baleares es uno de los déficit históricos de las islas, cuya solución han perseguido sin éxito los distintos Gobiernos autonómicos. El anterior Ejecutivo, presidido por el socialista Francesc Antich, aprobó un plan energético que apostaba por conectar Baleares con la Península por medio de un gasoducto.
El plan suponía una inversión cercana a los 250 millones de euros y obligaba a la construcción de importantes inversiones en la Comunidad Valenciana, donde estaba previsto que arrancara el gasoducto. La opción, considerada la más ecológica por parte del Gobierno, fue cuestionada por sectores empresariales y profesionales de las islas. Esta solución iba además unida a la existencia de nuevas infraestructuras gasísticas en la Comunidad Valenciana.
La llegada del PP al poder supondrá un cambio en la estrategia energética de la comunidad. El nuevo Gobierno, presidido por el popular Jaume Matas, ya ha anunciado la modificación de este plan energético para que la conexión se haga por cable eléctrico, propuesta respaldada por la Unión Europea.
Gasoducto
Esta solución se combinaría con la construcción de gasoducto para completar el sistema, opción más cara que la del gasoducto en solitario, ya que las inversiones estimadas rondan los 360 millones de euros.
La Comisión Nacional de Energía (CNE) incluyó en abril de 2002 el proyecto de gasoducto en la planificación energética hasta 2015. Sin embargo, meses después, el Ministerio de Economía aprobó un nuevo documento en el que esta infraestructura no aparecía en las previsiones inversoras, lo que provocó la queja formal del Gobierno de Francesc Antich.
Desde entonces, ambas Administraciones no pudieron ponerse de acuerdo, a pesar de que el régimen especial de las islas tiene un capítulo específico dedicado a la inversiones en materia energética.