Greenspan reduce el crecimiento previsto para este año al 2,5%
La economía crecerá menos de lo que la Reserva Federal predijo el pasado mes de febrero en su informe semestral. Ayer, el presidente de la autoridad monetaria, Alan Greenspan, compareció de nuevo ante el Senado con otro informe bajo el brazo en el que rebaja las previsiones de entonces. La economía no crecerá a un ritmo entre el 3,25% y 3,5% calculado en febrero, sino entre el 2,5% y el 2,75%. Para 2004 las previsiones son más optimistas y desde la Reserva se afirma que la tendencia es que la economía se mueva entre el 3,75% y el 4,75%.
Pese a la reducción y teniendo en cuenta el bajo nivel de crecimiento en el primer trimestre, Greenspan espera que el ritmo que se pueda conseguir en el segundo semestre permita la recuperación que prevé para el futuro.
El artífice de la política económica de EE UU dijo a los senadores que la mejora de la Bolsa y los bajos tipos de interés han mejorado las posibilidades de financiación de consumidores y negocios, lo que, combinado con los recortes fiscales aprobados por el Gobierno de George Bush en mayo, 'debe reforzar la actividad económica en los siguientes trimestres'.
Bajada de tipos
Greenspan ha informado que la Reserva mantiene la llamada 'política acomodaticia en tanto en cuanto sea necesario para conseguir llegar a una mejora económica'. La Reserva ya recortó el precio del dinero el 25 de junio para dejarlo en el 1%, los analistas ya entonces vieron en el comentario de los gobernadores que los tipos se mantendrían bajos durante mucho tiempo.
Ayer Greenspan volvió a causar esta impresión y desde los despachos de análisis de algunas entidades se avanzaba que era posible que hubiera lugar a una última rebaja.
A esta lectura contribuye el hecho de que aunque el presidente de la Reserva volvió a mencionar su preocupación por los altos costes de la energía también lo hiciera por la deflación. 'Una inflación muy baja incrementa los riesgos de un shock adverso a la economía que sería difícil de contrarrestar de forma efectiva', dijo par añadir que la posibilidad de tener 'una corrosiva deflación' es muy remota.
En una sesión en la que se respiraba el clima preelectoral (las presidenciales son en noviembre de 2004), varios senadores demócratas insistieron en sacar del gobernador un rapapolvo a Bush por los recortes de impuestos como ya lo hiciera durante la tramitación parlamentaria de éstos. Greenspan prefirió centrarse en la necesidad de mantener el equilibrio en las cuentas del Estado pero alabó los recortes y criticó la poca contención en el gasto. Algunos de sus comentarios despertaron la irritación de algunos demócratas y sobre todo del independiente Bernard Sanders, que le acusó de no conocer la economía real e insultar a los parados y los cada vez más desprotegidos en un país 'en el que se ensancha la diferencia entre ricos y pobres'.
Pero coincidiendo con la presentación de Greenspan, la Casa Blanca hizo públicas sus expectativas de déficit. Y no eran buenas, ya que se espera llegar al récord de 455.000 millones de dólares, aproximadamente el 4,4% del PIB y 150.000 millones más de lo previsto hace cinco meses. Los números rojos reflejan la factura de la recesión que no acaban los recortes fiscales y la lucha contra el terrorismo pero no el coste de las actuales operaciones en Irak.
Para el año que viene el déficit será de 475.000 millones. El nuevo portavoz del Gobierno, Scott McClellan, aseguraba ayer que la cifra es 'manejable'. 'En los próximos año dejaremos el déficit en la mitad', dijo McClellan. No especificó nada más.