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Fondos

Los emergentes causan furor

La demanda de bonos de mercados emergentes ha sido extraordinariamente elevada desde el mes de enero, e incluso desde unos meses antes. Los inversores, en este periodo, han apostado fuerte por un tipo de activo de riesgo elevado, pero con potencial de rentabilidad muy superior a la de otros activos. Hasta el mes de abril los mercados de valores no han dado signos de recuperación y el potencial de revalorización de los activos de renta fija ha quedado muy limitado por el descenso de los tipos de interés, tanto a corto como a largo plazo. La renta fija emergente se ha convertido así en una opción atractiva para los inversores que buscan algo más de rendimiento para sus ahorros a costa de tomar un poco más de riesgo.

La tendencia, sin embargo, ha mostrado en las últimas semanas ciertos signos de agotamiento. Según EmergingPortfolio.com, una compañía de análisis de fondos emergentes radicada en Boston (EE UU), durante la primera semana de julio la renta fija emergente sufrió reembolsos netos por valor de 43 millones de dólares (unos 38 millones de euros), equivalente el 0,33% del patrimonio invertido en estos productos. Entre enero y junio se registraron entradas netas récord por valor de 2.400 millones dólares (unos 2.100 millones de euros).

La fuerte entrada de dinero en este mercado ha presionado con fuerza el precio de los bonos, provocando su revalorización y, en consecuencia, la caída de los tipos de interés, que se mueven de manera inversa. Gracias a ello, la rentabilidad media de los fondos que invierten en renta fija emergente ronda el 4,4% desde enero, si bien hay un buen número de ellos con ganancias por encima del 15%.

'Esperamos más aportaciones por parte de los inversores institucionales para el segundo semestre del año, pero creemos que el ritmo será menor al del primer semestre', afirman en JP Morgan. 'No esperamos que las aportaciones de las próximas semanas sean tan fuertes como para mover el mercado de manera significativa'.

En las últimas semanas se han producido algunos acontecimientos que han limitado el alza de este mercado. 'Los diferenciales de los bonos de los mercados emergentes se ampliaron ligeramente, ya que algunos inversores consolidaron las sólidas ganancias obtenidas recientemente', apuntan los analistas de la gestora estadounidense Pioneer Investments en un informe reciente. 'Los flujos de inversión hacia esta clase de activos han disminuido durante las últimas semanas'. Esta tendencia puede prolongarse si se tiene en cuenta que las carteras de los gestores de mercados emergentes se encuentran muy invertidas y que los niveles de liquidez en las mismas son escasos.

Los mercados emergentes se han convertido en uno de los destinos preferidos de los grandes inversores institucionales ante la ausencia de alternativas atractivas. 'La demanda de este tipo de activo por parte de inversores a largo plazo, como fondos de pensiones y compañías de seguros, ha supuesto una disminución del riesgo sistemático para esta clase de activo', sostiene Christopher Wyke, gestor del fondo Emerging Markets Debt de Schroders. 'Por esto, creemos que el riesgo de una caída masiva en todos los mercados al mismo tiempo es hoy en día muy pequeño'.

Wyke reconoce que en los últimos 18 meses se ha producido una fuerte entrada de capital de inversores 'de paso', que en cualquier momento pueden traspasar sus fondos a renta variable. A su juicio, esta circunstancia ha provocado la sobrevaloración de algunos mercados como Brasil, Rusia, Venezuela y Ecuador.

Las perspectivas de los mercados de renta variable asiáticos han mejorado tras determinar la Organización Mundial de la Salud que la epidemia de neumonía asiática está controlada. Estos mercados se han comportado muy bien desde mediados de abril, una vez que finalizó la guerra de Irak.

De mantenerse esta tendencia y mejorar las perspectivas de beneficio de las compañías, podría producirse un flujo desde la renta fija hacia la renta variable emergente.

Estos mercados están inmersos en profundas reestructuraciones internas, gracias a las cuales han recuperado la confianza de los inversores. 'Los factores de oferta y demanda son favorables, ya que un gran número de países emergentes ya se han autofinanciado, así que no se esperan nuevas emisiones a corto plazo', sostiene Raphael Kassin, gestor de ABN Amro Asset Management. El flujo hacia los bonos emergentes comenzó en octubre, cuando Luiz Inácio Lula da Silva ganó las elecciones a la presidencia de Brasil y se disipó la incertidumbre en torno a sus medidas reformistas. Desde entonces, los mercados de bonos emergentes han experimentado el mayor rally alcista desde comienzos de 1998, poco antes de la crisis rusa.

'El diferencial entre los mercados emergentes y los bonos de EE UU todavía tiene espacio para estrecharse', asegura Kassin. 'El diferencial mínimo se alcanzó en 1998, justo antes de la crisis rusa. Creemos que podemos aproximarnos a estos niveles de nuevo este año'. Desde BNP Paribas, sin embargo, consideran que dada la evolución mantenida hasta ahora, las perspectivas de mayores subidas son discretas.

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