Bush, una máquina de hacer dinero de campaña
En el informal documental sobre las primeras elecciones presidenciales de George Bush, Viajes con George, de Alexandra Pelosi, un periodista que cubría la campaña comentaba que el actual presidente 'es un profesional estrechando la mano a la gente'.
El dirigente republicano está sacando partido de esa habilidad y ha multiplicado los apretones de manos en una temprana precampaña que tiene como objetivo recaudar dinero para pagar los anuncios y los mítines de la verdadera campaña, en 2004.
Las expectativas son que para Bush ésta sea su campaña más cara y con mejor mercadotecnia. El actual presidente, que en 2000 recaudó 100 millones de dólares, quiere ahora duplicar esta cantidad o como mínimo superarla en 50 millones.
La recogida de fondos comenzó hace mes y medio, pero no despegó del todo hasta que no lo han hecho en sus aviones. El presidente, con su esposa, Laura, y el vicepresidente, Dick Cheney, se han recorrido el país de este a oeste durante la segunda quincena del mes de junio para lanzar fáciles mensajes a audiencias entregadas y que han pagado por cenar con él en salones de hoteles una media de 2.000 dólares por persona, el máximo que fija la ley.
Si los comensales realizan otras contribuciones pueden hacerse la foto con Bush mientras se produce el apretón de manos, algo que ocurrió en un hotel de Washington, donde el presidente posó durante 45 minutos con unas 160 personas que vendieron cada uno como poco 10 tiques para la cena (20.000 dólares).
Las cuentas del periplo de junio, que ha recorrido Washington, Georgia, Nueva York, San Francisco, Los Ángeles, Tampa y Miami, no se entregarán a la comisión electoral hasta finales de mes. Sin embargo, su equipo ya ha hecho sus primeros cálculos a vuela pluma. El tour y la docena de actos ad hoc han servido para recaudar cerca de 22 millones de dólares que junto con las contribuciones a través de Internet y las donaciones suman ya 34,2 millones.
Bush se ha convertido en una máquina de hacer dinero bajo la dirección del ya ex embajador en Suiza, Mercer Reynolds, quien recientemente ha dejado el puesto a pie de los Alpes que le ofreció su amigo el presidente hace dos años para volver a orquestar la recogida de fondos, como ya hiciera en 2000.
Las cifras de Bush hacen palidecer la de cualquier candidato demócrata de cuyas apretadas filas sobresale Howard Dean, uno de los pocos políticos estadounidenses que se opusieron a la guerra contra Irak y que ha conseguido captar por Internet siete millones hasta el 30 de junio.