España saldrá perdiendo en inflación y ahorro pero mejorará las exportaciones
La rebaja de tipos de interés en la zona euro, que probablemente autorizará el consejo de gobierno del Banco Central Europeo (BCE) en su reunión hoy, pilla a contrapié a la economía nacional. El PIB español se encuentra actualmente creciendo a una velocidad de crucero del 2,1% (muy por encima de la media comunitaria), y con importantes tensiones inflacionistas (el IPC está situado en el 3,2%, muy lejos del objetivo del Gobierno del 2%).
Un recorte en el precio oficial del dinero desde el 2,5% actual cebará aún más la demanda interna, que en el primer trimestre aumentaba al 3%, sostenida por el consumo de las familias y por la inversión. Ello se traducirá en más presiones sobre los precios, sobre todo en sectores como los servicios o los alimentos frescos, en donde se han registrado fuertes tensiones inflacionistas.
Y es que el IPC es un problema que lleva arrastrando la economía en el último lustro y que el Gobierno ha encarado como mal menor si, a cambio, obtiene crecimientos del PIB del orden del 4%, como ya ocurrió en 2000 y 2001. Ligado al IPC se encuentra el diferencial de inflación con la media comunitaria. Es de esperar que este diferencial, que se encuentra ahora en torno al punto, aumente con la subida de tipos, al menos a corto plazo, ya que España se encuentra en una fase de ciclo más avanzada que otros países.
Otro efecto a destacar de una subida de tipos es el que se producirá sobre los niveles de endeudamiento de las empresas y de las familias. En el caso de los hogares, estos niveles se encuentran muy elevados, dada su propensión a invertir en compra de vivienda. Una nueva rebaja de tipos alentará aún más al endeudamiento vía créditos hipotecarios, y desincentivará el ahorro en productos financieros, la mayor parte de ellos con baja rentabilidad. En marzo, los bancos han estado concediendo hipotecas con un tipo medio del 3,8%, a un nivel que supone el mínimo conocido desde el nacimiento de la unión monetaria.
El Banco de España y el BCE ya han alertado del riesgo en que incurren las instituciones financieras si continúan concediendo préstamos con tal alegría. Pero la bajada de tipos también tiene sus efectos positivos sobre una economía como la española. En primer lugar, una reactivación de Alemania y Francia beneficia claramente a España, ya que estos países son claves para la recuperación de las exportaciones españolas.
De hecho, en el primer trimestre del año el sector exterior tuvo una aportación negativa de 0,9 puntos al PIB. Un cambio de tendencia en el saldo comercial mejorará el crecimiento de la economía española. Los beneficios se extienden también sobre los créditos a interés variable (sobre todo los hipotecarios), que verán reducida su factura mensual. De hecho, fuentes del Gobierno han reconocido a Cinco Días que un recorte en los tipos de interés tendría más efectos positivos, que implicaciones negativas.