La imposición del Plan Hidrológico provoca la caída del PP en Aragón
Las masivas movilizaciones contra la guerra en toda España no han tenido la traducción en las urnas. En todo caso, no la que esperaba la izquierda, que hizo descansar buena parte de sus campañas en el rechazo de la población a la política seguida por el Gobierno del PP frente a la guerra contra Irak.
Pero las elecciones municipales y autonómicas en Aragón han marcado una excepción a la tendencia marcada por las urnas para el PP en las grandes ciudades, donde logra mantenerse e incluso avanzar en algunas. Allí, los populares han cosechado, sin lugar a dudas, la oposición de la población al Plan Hidrológico Nacional. De otra manera, sería inexplicable la fuerte caída experimentada por el voto conservador en Zaragoza y en toda la comunidad.
En la capital, el PSOE ganó 26.000 votos respecto a los resultados que había obtenido en 1999, pasando de 10 a 12 concejales, en tanto que el PP cedió 15.000 sufragios, de 125.000 de las elecciones anteriores a 110.000 el domingo pasado. Así, perdió cuatro concejales, pasando de 15 a 11.
La Chunta, verdadero árbitro de este nuevo cuadro político municipal, ganó dos concejales, hasta un total de seis en esta elección, con una ganancia de unos 22.000 votos. De esta manera, los concejales de la Chunta serán imprescindibles para que el socialista Juan Alberto Belloch pueda obtener la alcaldía y pondrán importantes condiciones en la mesa de negociación.
A escala de toda la comunidad, el progreso de los socialistas se cifra en 47.000 votos, ya que saltan de los 215.000 de 1999 a 262.000. El PP pierde 30.000, de 250.000 a 220.000. En concejales, el PSOE obtiene 1.724 frente a 1.298 de los populares.
Un avance desigual
A nivel nacional, los dos grandes partidos han experimentado un avance en el número de votos recibidos, pero de manera desigual. En el caso de los socialistas, que han sufrido merma de sufragios en importantes ciudades de Cataluña y de Andalucía, donde esperaban mejores resultados, su votación global ha aumentado en poco menos de 700.000 votos con relación a 1999. El PP ha subido unos 440.000 votos.
De esta manera, el PSOE ha vuelto a convertirse en el partido más votado de España, con una diferencia de 200.000 sufragios sobre los populares. Pero si se observa que el censo electoral ha crecido en un millón de personas en los últimos cuatro años y que el porcentaje de votantes ha pasado de 63,9% a 67,3%, los movimientos al alza de ambos partidos son muy relativos.
De conjunto, los socialistas han logrado revertir, por primera vez en una década, su tendencia electoral a la baja y buena prueba de ello es su ganancia de alrededor de 1.000 concejales.
Por otra parte, la pérdida de poco menos de 1.400 ediles por parte del PP muestra un retroceso del partido de Gobierno que, de todas maneras, sigue siendo el mayoritario en número de representantes municipales.
Pero deducir de las elecciones del domingo una posible tendencia para las generales de 2004 es, sin dudas, aventurado. Tanto como asegurar que el fortalecimiento del PP en Madrid le otorga mayores posibilidades, como que el retroceso de los socialistas en Barcelona aminora las suyas. Mucha agua habrá de correr en el curso de los próximos ocho meses, antes de que se constituya una perspectiva más clara.