La CNMV dictó que la autocartera no debe tenerse en cuenta para exigir una opa
Los abogados de Bami han empezado a buscar precedentes en los que basar su recurso ante la suspensión de los derechos políticos de su participación del 24,99% en Metrovacesa. Y los han encontrado por doquier. Más aún, la propia CNMV aporta argumentos que fortalecen la defensa de Bami.
La comisión expuso en su memoria de 1992 las razones por las que 'parecía preferible mantener separado el régimen de opa de la situación de autocartera'. Según el organismo supervisor, ése es 'el único modo de asegurar una regla cierta y aplicable por igual a todos los casos, que siempre será mejor que dar a cada uno de ellos una solución sólo dudosamente más justa y que desde luego habría que confiar necesariamente a la decisión caso por caso de la autoridad de supervisión'.
Esa doctrina la expuso la CNMV con ocasión de la opa que Gevisa lanzó sobre el 14% de El Encinar de los Reyes. Gevisa, de la familia Olazábal, ya controlaba un 35% de El Encinar. La empresa tenía a su vez en torno a un 3% del capital en autocartera, legalmente privado del ejercicio del derecho de voto. Con ello, la opa sobre el 14% suponía llevar la influencia accionarial efectiva por encima del 50%, por lo que el BBV exigía una opa sobre el 75%, la obligatoria al superar ese umbral.
El silencio de la ley
La comisión, presidida entonces por Luis Carlos Croissier, reconocía la 'enjundia' de la alegación, pero 'la CNMV no llegó a tomarla en consideración (como tampoco lo había hecho en otras ofertas públicas anteriores llevadas a cabo sobre sociedades con acciones propias) no sólo, o quizás mejor no tanto, por el silencio que al respecto mantiene el derecho positivo aplicable, cuanto por la dificultad intrínseca de mantener un criterio unívoco sobre un asunto en el que las circunstancias de cada caso particular son tan variables de una sociedad a otra que, con todos los riesgos de mantener una solución ocasionalmente imperfecta, parecía preferible mantener separado el régimen de opa de la situación de autocartera', se explica en el informe anual de la CNMV de 2002.
Ese es el criterio que la CNMV ha mantenido siempre hasta ahora, aunque ocasionalmente ha realizado advertencias sobre la proximidad o superación del límite así considerado a accionistas de algunas sociedades.
Fuentes de la comisión explican que cada caso es diferente y que en el de Bami se habían realizado advertencias expresas a los gestores de la compañía por los movimientos de autocartera. Cuando se presentó la opa de Quarta y Astrim sobre Metrovacesa, ésta ya no podía mover las acciones propias. Lo que hizo Bami entonces fue elevar su propia participación hasta el 25% menos una acción, el límite legal si no se tiene en cuenta la existencia de autocartera.
La comisión entiende que las reiteradas advertencias y el hecho de que se actuase para frenar una opa y otras circunstancias concurrentes 'suponen en este caso un agravante de tal calibre' que obliga a aplicar la norma de modo muy estricto, según fuentes de la CNMV.
Las mismas fuentes añaden que este criterio es el que se va a aplicar en el futuro 'para siempre'. La autocartera se tendrá en cuenta independientemente de las circunstancias.
La comisión considera que el cambio de criterio no perjudica a Bami porque la inmobiliaria había sido advertida reiteradamente y porque también superaba el límite del 25% con las acciones de sus consejeros.
Los mismos protagonistas, 11 años después
La batalla legal por el control de El Encinar de los Reyes, una inmobiliaria cuyo principal activo era la urbanización madrileña que había alojado a los militares estadounidenses que trabajaban en la Base Aérea de Torrejón, tuvo en parte los mismos actores que la pugna por el control de Metrovacesa. La familia Olazábal, accionista tradicional de El Encinar, contrató en aquella ocasión como asesor al abogado Jaime Zurita -que ahora trabaja para Bami- en el pulso que mantuvo con el BBV, que quería los activos de la inmobiliaria para reforzar a Metrovacesa.El enfrentamiento entre los dos grupos hizo también correr ríos de tinta sobre el papel de la CNMV, pues la estrategia del BBV se basaba en lo que se llamó 'opa virtual'; anunciaba que presentaría una oferta cuando acabara la de los Olazábal, pero a un precio superior que no se especificaba. Era su estrategia para obstaculizar al grupo familiar, que tuvo que subir el precio dos veces.Finalmente hubo acuerdo entre las dos partes y presentaron una oferta conjunta sobre la totalidad de la compañía. Un año más tarde se repartieron los activos de El Encinar entre la familia y Metrovacesa, quedándose la antigua inmobiliaria del BBVA con los terrenos de Madrid y El Encinar con los de Alcobendas.