Los analistas temen que los próximos datos económicos de EE UU penalicen las Bolsas
Las Bolsas han subido mucho desde los mínimos que marcaron en marzo. Las rentabilidades oscilan entre el 34% del Dax y el 15% del Dow Jones. La escalada se ha mantenido firme durante estos casi dos meses pese a que los volúmenes de negociación permanecen bajo mínimos. La desaparición de la incertidumbre que generó la guerra entre Estados Unidos e Irak y la publicación de los resultados empresariales, aparentemente mejor de lo previsto en muchos de los casos, ha reconducido en este tiempo los índices hacia las cotas más altas del año.
Pese a todo, la situación por la que atraviesan las Bolsas en este momento es compleja después de tres años de crisis. La pregunta de los inversores ahora es sí existen motivos sólidos y convincentes que hagan regresar a la renta variable.
La respuesta que dan los analistas de acuerdo a las perspectivas más inmediatas no son muy gratificantes. Todos los ojos están puestos en los datos macroeconómicos y empresariales que se conozcan en Estados Unidos en las próximas cinco semanas, que serán referentes a los meses de abril y mayo y que ya no están afectados por las dudas del conflicto bélico.
Durante estos últimos días ya se han publicado algunas cifras que, lejos de ratificar una recuperación, lo que han hecho ha sido sembrar más dudas. Las ventas minoristas han caído a los niveles más bajos de septiembre de 2001 y el IPC de abril, contra todo pronóstico, ha caído un 0,3%, frente a un ascenso del 0,1% que esperaban los analistas. 'Nosotros seguimos siendo bajistas. Los últimos datos de Estados Unidos no han dado signos claros de una recuperación, sobre todo del lado del empleo y del consumo, y creemos, además, que pasará tiempo hasta que se pueda apreciar una clara mejora', comenta Cristina Dávila, analista de Sabadell Banca Privada.
La experta resalta además el importante deterioro que ha sufrido la economía alemana y los signos de debilidad que está mostrando ahora la francesa. 'Los resultados que conozcamos las próximas semanas probablemente sean negativos, lo que puede desembocar en una corrección importante por parte de los mercados, que en su gran mayoría cotizan a unos niveles de PER muy altos', señala.
El desempleo, clave
Christopher Wolfe, analista del banco privado de JP Morgan, concentra en una sola cifra, la del paro, la respuesta que tendrán los inversores sobre la evolución de las Bolsas a corto plazo. 'El 6 de junio se publica el desempleo en Estados Unidos relativo al mes de mayo. El dato nos dará idea de hasta cuánto ha llegado o llegará el rally que han experimentado los mercados desde mínimos', comenta. Si es negativo, el experto prevé que el S&P caía hasta niveles de 825 y 850 puntos, que supondría un recorte de más del 10%, respecto a los niveles actuales. Para Wolfe se trata del último test que tendrá las Bolsas para conocer de primera mano si la recuperación de la economía está en marcha y es capaz de generar puestos de trabajo.
En contra de la teoría del analista de JP Morgan, hay inversores que consideran que las Bolsas seguirán subiendo a pesar de que el desempleo siga en picado. Justifican su tesis en que en la última recesión el Standard & Poor's tocó mínimos en octubre de 1990, a 295,46 puntos, mientras que la tasa de desempleados tuvo su pico más alto en junio de 1992, 20 meses después. El índice experimentó una subida del 38% en el periodo.
Del lado de los más optimistas se muestra Félix González, de Beta Capital. A su juicio, la economía de Estados Unidos ha mantenido una fortaleza importante desde los últimos meses de 2002 a pesar del contexto de guerra y de incertidumbre en el que se ha estado moviendo. 'En los últimos datos nos hemos encontrado de todo. Por un lado, nos ha sorprendido el fuerte repunte de la confianza del consumidor en abril, pero, por otro, el índice de ISM manufacturero sigue sin mostrar signos de recuperación, aunque hay que matizar que las últimas encuestas se han producido en plena guerra; habrá que estar muy atentos a partir de ahora'.
Félix González considera que es muy pronto para que esa mejora de confianza se traslade a los indicadores de actividad económica. 'El riesgo de la recesión se ha reducido y creo que se han sentado las bases para una recuperación progresiva que comenzará a ser evidente a finales de este ejercicio o principios del que viene', dice. Iván Sanfélix, de Intermoney, se muestra 'moderadamente' más positivo a corto plazo con los mercados de EE UU. 'Hay resistencias importantes en la renta variable. En Europa, lo que mejor vendría es que se depreciara el euro para generar más confianza en los inversores', explica.
El último comentario que han realizado los analistas de Lipper con respecto a la evolución de los fondos de inversión en abril, desvela que a pasar del último repunte de las Bolsas, los partícipes siguen orientando sus suscripciones hacia los fondos que ofrecen más seguridad (garantizados, Fiamm y renta fija a corto plazo), 'sin que haya el menor síntoma de que esto vaya a cambiar en un futuro próximo'.
Los expertos de Lipper consideran, asimismo, que 'una combinación de varios meses de bajo crecimiento del PIB estadounidense (último trimestre de 2002 y primero de 2003), la pérdida de puestos de trabajo y un crecimiento negativo en la industria terminaría llevando al Instituto Económico del país a la conclusión de que o bien se ha estado produciendo un nuevo proceso recesivo o bien no se ha terminado el anterior'.