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Lealtad, 1

Alemania recupera algo de aliento

La semana pasada la agencia de calificación financiera Standard & Poor's (S&P) reiteró, tal y como se esperaba, el rating de Alemania, que sigue siendo el más alto de la tabla: AAA. No hubo un cambio de perspectiva a negativa ni una advertencia seria en este sentido. La locomotora alemana hace agua, pero no tanto.

Hace algo más de medio año, en plena crisis del sector financiero alemán, en el mercado se especuló con una rebaja de las calificaciones financieras del país. El creciente déficit público lo justificaba en cierto modo, y el pesimismo que inundaba las finanzas alemanas animaba previsiones agoreras. De hecho, se temía una crisis de crédito y el colapso de alguna de las grandes entidades financieras.

La sangre no ha llegado al río, al menos de momento. Bancos y aseguradoras han saneado sus cuentas, lo que les ha costado pérdidas millonarias. Pero este borrón y cuenta nueva ha sido agradecido por los mercados. Desde los mínimos de octubre, numerosas entidades del sector han repuntado más del 50%.

Pese a todo, S&P advierte que 'Alemania se está situando por detrás de otros países con calificación AAA en términos de evolución fiscal y económica. Las perspectivas de crecimiento están entre las más débiles de la categoría'. Gerhard Schröder ha planteado las reformas que el mercado pide a gritos, y que él y sus antecesores han pospuesto durante más de 15 años. Pero existen dudas sobre la capacidad de llevarlas a cabo por la oposición sindical y de parte del SPD.

La estabilidad presupuestaria es otro tema. A pesar de los llamamientos de la Comisión Europea sobre la disciplina fiscal, lo cierto es que Alemania corre peligro de deflación, y en este contexto los criterios europeos dejan de ser una prioridad. Si los tipos del bund son iguales a los del bono español, se debe más al estancamiento económico que a las cuentas públicas.

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