Barclays cree en España
Barclays se ha convertido en el sexto banco de España con la compra del Zaragozano, un banco mediano y saneado sobre el que desde hace años merodeaba la sombra de su venta. Con esta operación, el banco británico da por finalizada su expansión en Europa continental; y para ello ha elegido a España, uno de los países con el sistema financiero más competitivo, solvente y con una de las redes de oficinas por número de habitantes más extensa del mundo.
La elevada competencia en el negocio minorista, el más tradicional de la banca, en el mercado doméstico ha sido en los últimos años la causa principal que ha ahuyentado a los bancos extranjeros de España. Los elevados precios de las escasas entidades financieras que se han puesto a la venta, la decidida apuesta de los grandes bancos españoles por la banca comercial, un eficiente sector de cajas de ahorros y la necesidad de una importante red de oficinas para dedicarse al negocio minorista han sido decisivos para frenar la expansión de la banca de origen exterior.
En los ochenta y primeros noventa, los bancos españoles comenzaron a temer una posible invasión extranjera en el mercado financiero. Pero pasados los años este temor quedó únicamente en sospecha. Sólo el gigante Deutsche Bank y Barclays han logrado encontrar un hueco en España y ser rentables. El conocimiento del mercado doméstico es fundamental para poder competir en este sistema financiero, donde arrebatar un cliente a otra entidad requiere un esfuerzo que compensa sólo a medio o largo plazo. Y es que la banca minorista, principal fuente de ingresos de los bancos españoles, se está convirtiendo en un refugio seguro, en el que las fluctuaciones bursátiles tienen una influencia relativa. En la de inversión las ganancias pueden ser más espectaculares, pero también las pérdidas. La banca comercial es más constante y está menos influenciada por los vaivenes bursátiles.
Por estas razones hay que aplaudir la operación protagonizada por Barclays en España. Con ella, el banco británico demuestra su confianza en la economía nacional en general y en su sistema financiero en particular. Barclays ha convertido al Zaragozano en una de las entidades más caras de Europa, en términos de PER, al pagar 12,7 euros por acción, lo que muestra su interés por crecer en España. El diseño de la operación, además, parece impecable al beneficiar a todos los accionistas del Zaragozano por igual. Así, frente a otras entidades financieras que pretendían hacerse con el control del Zaragozano adquiriendo sólo el 24,9% y evitar así la opa, Barclays ha optado por una oferta sobre todo el capital, condicionada a obtener el 75% del banco aragonés.
La adquisición, además, reanima las posibilidades de las operaciones transfronterizas europeas en el sector, algo que se creía muy complicado. El sistema financiero español demuestra que las trabas políticas se guardan en el cajón si la oferta presentada es la mejor.