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Beneficios

Los bancos de referencia de las empresas hacen negocio con la venta de preferentes

La emisión de participaciones preferentes ha cobrado auge en los últimos meses. Repsol fue la primera de las grandes empresas no financieras en usar este mecanismo de financiación. Poco más de un año después, Telefónica ha cogido el testigo, seguida muy de cerca por Endesa y Unión Fenosa, cuyas preferentes están aún en periodo de colocación.

En total, son 7.000 millones de euros colocados en menos de dos años, lo que demuestra la aceptación de este instrumento. Y es que las ventajas para las empresas de este híbrido entre la renta fija y la variable han sido inmediatamente percibidas, sobre todo por la posibilidad de eliminar deuda que computa en el balance y hacerla perpetua.

Pero las empresas emisoras de las preferentes no son las únicas beneficiadas. A la hora de elegir a los bancos colocadores, aseguradores y directores de sus respectivas emisiones, Telefónica, Repsol, Endesa y Fenosa han optado sin excepción por miembros de sus núcleos estables. El resultado es un negocio para ellos cercano a los 523 millones, que es el total pagado en comisiones en las cinco emisiones de preferentes de estas grandes corporaciones.

En estos momentos, Telefónica sólo tiene dos socios institucionales, el BBVA y La Caixa. Y ellos fueron los elegidos para coordinar la emisión de 2.000 millones realizada a finales del año pasado. ¿Su ganancia? 152 millones de euros en comisiones de colocación, aseguramiento y dirección, según consta en el folleto registrado en la CNMV.

Con todo, la emisión de preferentes de Telefónica es la única que se aprobó con la abstención expresa de los representantes del BBVA y La Caixa en la comisión delegada. La explicación: 'BBVA y La Caixa, aparte de ser accionistas significativos de Telefónica, son las entidades aseguradoras, colocadoras y proveedoras de liquidez de la emisión de participaciones preferentes'. La abstención, sin embargo, no afectó al resultado de la designación.

Repsol también apeló a su accionariado. La Caixa y el BBVA son socios de referencia de la petrolera y están sentados en su consejo. A ellos correspondió la colocación de la primera emisión de preferentes y en la segunda repitieron. Entre las dos, Repsol puso en el mercado 3.000 millones y 220 millones fueron a parar a las entidades financieras en concepto de comisiones. La compañía asegura que consultó con varios bancos, pero fueron La Caixa y el BBVA los que combinaron las mejores condiciones con la mayor experiencia.

Endesa ha optado por la diversificación. Caja Madrid, miembro de su núcleo estable, fue colocador, asegurador y director de la emisión de preferentes por valor de 1.500 millones de euros. Pero compartió el puesto con el SCH, que no está en el consejo de la eléctrica, aunque colabora estrechamente con Endesa como principales accionistas de la telefónica Auna.

Siguiendo la estela de sus predecesoras, Unión Fenosa acudió al SCH, al Banco Pastor, a Caixa Galicia y a Caixanova -todos ellos accionistas de referencia- como principales bancos de su emisión, aunque lo hizo, asegura, bajo estrictas condiciones de mercado. Fenosa, con todo, ha sido la más pródiga en contratos. Hay otras tres entidades más que actúan como aseguradoras y colocadoras de pequeños paquetes. El SCH, eso sí, figura en solitario como entidad directora.

Este reparto, así como la posición de Fenosa, convierten a la eléctrica, sin embargo, en la empresa que más caras ha tenido que pagar las comisiones. En total, la compañía destinará un 8% de la colocación a este fin, frente al 6,5% de la primera emisión de Repsol, la más barata.

Telefónica y Endesa prefirieron no comentar la elección de bancos colocadores.

Un mecanismo que cambia la deuda y la recorta

Las participaciones preferentes se han convertido en una fórmula eficaz para reducir deuda en un momento en el que un abultado pasivo pone en guardia inmediata a inversores y agencias de rating. Lo cierto, con todo, es que el endeudamiento desaparece del balance, pero permanece en la compañía.En el fondo, se trata de cambiar una deuda que computa por otra que no lo hace. Porque las participaciones preferentes tienen carácter de deuda perpetua, ya que, en teoría, se emiten por un periodo infinito de tiempo, así que no hay un plazo fijo en la que tenga que ser repagada. Hasta su amortización, el emisor sólo tiene que pagar un dividendo, que está ligado al euribor y condicionado a la obtención de beneficios.Según las condiciones en las que se emiten las preferentes, sin embargo, pasados 10 años de su colocación el diferencial que se paga sobre el euribor se dispara. Por tanto, el coste de estos títulos se encarece para la compañía que los emite, lo que significa, en principio y así lo entienden los compradores, que preferirá amortizarlos y pagar a los titulares el nominal. Así, antes o después las participaciones preferentes se acaban pagando.Hasta ese momento, sin embargo, las empresas que las han emitido pueden presumir de un fortalecimiento del balance -pueden llegar a computar incluso como recursos propios- y de una reducción de deuda. Así lo ha hecho Endesa, que a principios de abril comunicó al mercado un importante recorte del endeudamiento. Fueron 2.850 millones menos de pasivo en un trimestre y 1.500 millones se debieron a las preferentes.También Telefónica ha podido lucir en sus cuentas el efecto de la colocación cerrada el último día de diciembre. La operadora recortó su deuda 6.408,5 millones en 2002. De ellos, 3.044 millones son beneficios del tipo de cambio y 2.000 millones proceden de las preferentes.

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