Los conflictos sociales agitan el país en la fase final de la campaña
La última semana de la campaña electoral de Argentina se empañó el lunes por la noche cuando la policía cargó con energía contra una manifestación de trabajadores y parados que protestaban frente a una fábrica ubicada en el centro de Buenos Aires.
Los incidentes se produjeron en las puertas de la textil Brukman, una de las cientos de fábricas ocupadas y gestionada por sus trabajadores desde hace más de un año, que fue desalojada el viernes de la semana pasada por orden judicial.
Más de 7.000 personas convocadas por sindicatos, partidos de izquierda y grupos de parados se concentraron el lunes frente a la fábrica en apoyo de sus trabajadores, exigiendo la retirada de la policía de las instalaciones y el libre paso de los obreros hacia el interior de la empresa. Cuando un grupo de cuatro obreras intentaron superar el vallado policial, una andanada de disparos de balas de goma, balas de plomo y gases lacrimógenos cayó sobre los manifestantes, quienes se dispersaron en medio de duras cargas policiales.
El hecho dejó un saldo de 100 personas detenidas y liberadas horas más tarde, así como 31 heridos, entre los cuales se encontraban algunos periodistas. El incidente fue repudiado por los organismos de derechos humanos, sindicatos de periodistas, estudiantes y diputados de izquierda. Para última hora de ayer se preparaba una nueva manifestación en el centro de la capital argentina para repudiar la represión y exigir la devolución de la fábrica a la gestión obrera.
Por otra parte, un centenar de trabajadores de la aerolínea LAPA, de capital local, están en conflicto y reclaman la intervención oficial ante lo que ven como una inminente quiebra de la empresa.