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Madrid

El Ibex se desmarca del resto de los índices europeos con una subida del 1,11%

El Ibex vivió ayer una jornada calcada a la de los dos días anteriores, con sucesivos movimientos al alza y a la baja, aunque cortos, y cada vez menos sensible a los partes de guerra. Ayer las Bolsas cotizaron en un primer momento con euforia el anuncio de que la guerra había terminado. A medida que la tarde avanzaba y los mercados estadounidenses se debilitaban, los inversores abandonaban la toma de posiciones. Paralelamente, analistas de Merrill Lynch advertían que el riesgo bajista para los mercados se estaba incrementando.

El Ibex inició la sesión con una caída del 1,18% y la terminó con un avance del 1,11%, aunque en el mejor momento llegó a sumar hasta un 2,26%. Esta irregularidad se plasma en la desviación registrada entre el máximo y el mínimo intradía, un 3,48%. La contratación sigue en la media del año. Ayer se intercambiaron 1.716 millones de euros sin contabilizar operaciones especiales ni mercado de bloques.

El índice más representativo de la Bolsa española acumula un 2,28% en la semana, pese a que mantiene un tira y afloja con el nivel de los 6.400 puntos. No obstante, hay analistas que aseguran que las circunstancias han minado cualquier referencia técnica para los inversores.

Iberia terminó como la mejor, con un avance del 4,55%. Otra empresa de turismo, Amadeus, cayó un 3,95%. Telefónica (1,89%) y el BBVA (1,82%) contribuyeron en mayor medida a la mejora del Ibex.

'Salvo que Sadam Husein sea capturado o encontrado muerto, no cabe esperar nuevos episodios alcistas pronunciados, porque los bolsistas ya han dado por hecho que las fuerzas anglo-estadounidenses han vuelto a ganar la guerra', dice Francisco Ruiz, gestor de patrimonios.

Se ha vuelto a los fundamentos económicos y a los resultados de las empresas del primer trimestre, máxime en un momento en que los índices de Wall Street han vuelto a alcanzar alturas de vértigo, con unos multiplicadores muy por encima de las medias históricas.

'De pronto los mercados abren de nuevo los ojos a la realidad, y ya se habla con más énfasis de la debilidad económica mundial; del fuerte impacto negativo en el crecimiento de los países asiáticos de la neumonía atípica y del día después, con el fantasma del terrorismo a nivel internacional y el más que probable recorte en la producción de petróleo por la OPEP, que vuelve a crear tensión en los precios del petróleo', dice el economista Antonio Fernández.

Revisiones a la baja

Esta situación coincide en el tiempo con las sucesivas revisiones a la baja de las cifras de crecimiento económico en el mundo. El martes se conocieron las de la Comisión Europea, ayer las del FMI. Se trata, en ambos casos, de un menor crecimiento al esperado para 2003 y 2004, y unas previsiones, como siempre, en las que se entremezclan los claros con los oscuros.

DaimlerChrysler ha comenzado la tanda de advertencias a peor en los resultados. El presidente de la automovilística reconoció que será muy difícil cumplir con los objetivos marcados por la compañía para este año.

Los inversores están pendientes de la reunión este fin de semana del G-7. En los últimos días se han generalizado las matizaciones oficiales cara a esta reunión, quizá porque los mercados se han mostrado más tranquilos. Un miembro de la Reserva Federal ha dicho que 'la autoridad monetaria siempre examina diferentes opciones para el futuro; parece excesivo pensar en la existencia de un programa de contingencia en caso de crisis en los mercados'.

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