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Informe

Las cajas rurales logran arañar cuota en créditos a los bancos

Las cajas rurales ganaron cuota el año pasado, sobre todo en créditos, donde lograron arañar 0,22 puntos a los bancos (las cajas también crecieron en mercado) y llegar al entorno del 4%. Mientras en recursos ajenos mejoraron menos de una décima, hasta lograr alrededor del 4,89%, según los datos del Banco de España excluyendo al resto de cooperativas de crédito (como Caja Laboral).

Pero las dotaciones por la crisis bursátil y el estrechamiento de márgenes pasó factura a casi la mitad de las entidades, 35 de las 74 que forman el Grupo Caja Rural, que sufrieron caídas en el resultado. Si bien el beneficio total creció un 5,3%.

El caso más llamativo es el de la Caja Rural de Orihuela, que aún arrastra en su cuenta las provisiones que ha tenido que realizar por un fraude de cuatro ex directivos, que provocaron operaciones fallidas por 12 millones. Aún así, ganó 1,2 millones.

Destaca, asimismo, que las entidades fusionadas, la Rural del Sur (unión de las rurales de Huelva y Sevilla) y la Caja Rural Aragonesa (las de Huesca y Zaragoza), ganaron un 20% y un 17% menos, respectivamente. En el otro extremo, Cajamar (de Almería y Málaga, primera del sector) mejoró su resultado un 8,52% (67,4 millones) y la fusión de las valencianas (Valencia, Alicante y Credicoop) registró un 37,2% más de ganancia, según datos del sector. 'Tras un año de importantes dotaciones por las minusvalías en Bolsa, afrontamos 2003 con posiciones corregidas', apunta José Antonio Carrizosa, director general de una entidad mediana, Caja Rural de Soria.

Pero, como telón de fondo, se mantiene la preocupación de las entidades sobre los cambios en el esquema del Grupo Caja Rural y una posible integración. En realidad no funcionan como tal grupo porque no han consolidado sus balances, aunque son el sexto por activos, después del Popular y antes del Sabadell.

Una de las corrientes del sector reclama precisamente esta mayor integración para ganar tamaño y competitividad. Otra busca una mayor cooperación en ciertas líneas de gestión, como el control de riesgos (Basilea II). Una tercera, defendida sobre todo por pequeñas entidades, prefiere seguir independiente para no sacrificar una cuota dominante en su mercado local.

Debate aplazado

Las entidades siguen enfrentadas por las discrepancias sobre un esquema que suponga una mayor integración. El último paso es que han aplazado el debate sobre si deben implantar una dirección única y común para aspectos como las inversiones y la expansión. Esta propuesta de la Asociación de las Cajas Rurales (en cierto modo el órgano político de las entidades) tampoco se ha discutido en la asamblea de marzo.

Ante la falta de consenso, este año se presenta decisivo. Sobre todo por el desenlace judicial sobre la expulsión de Cajamar que el 53% de entidades votó el año pasado después de que se negara a aportar más capital a una filial del grupo. La entidad recurrió a los tribunales y un juez ha declarado que el acuerdo de la asamblea es válido, pero se preparan nuevos pasos judiciales para aclararlo.

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