EE UU se dispone a explotar el petróleo de Irak para financiar la reconstrucción
Para la Casa Blanca, el petróleo iraquí jugará un papel vital en la reconstrucción. Así de claro lo dejó el portavoz presidencial, Ari Fleischer el pasado miércoles: 'Al contrario que en Afganistán, Irak tendrá una gran base financiera para su desarrollo. Y eso es gracias a su potencial petrolero'.
Según una información publicada por el diario The Washington Post, el principal candidato para asumir la gestión inicial del oro negro iraquí es Phillip J. Carroll, ex consejero delegado de Shell Oil, la filial estadounidense de Royal Dutch/Shell. Sin embargo, el petróleo iraquí sigue formalmente administrado por Naciones Unidas, dentro del llamado Programa Petróleo por Alimentos. El Reino Unido es consciente, por su parte, de que las intenciones de la Casa Blanca provocarán un nuevo incidente diplomático en el seno de la ONU. Por eso, Londres ya ha advertido a su socio contra Irak que, sin una nueva resolución, EE UU no tendrá el derecho legal para hacer y deshacer en la prometedora industria petrolera de Irak.
El presidente de turno del Consejo de Seguridad de la ONU, el embajador mexicano Adolfo Aguilar, informó ayer en rueda de prensa que el Consejo defenderá el principio de que 'el petróleo iraquí pertenece a los iraquíes (...) y la ONU debe hacer todos los esfuerzos para preservar la soberanía de Irak sobre su petróleo'. Una visión también refrendada por la UE. En declaraciones a Cinco Días, Diego Ojeda, el portavoz del comisario europeo de Relaciones Exteriores, Chris Patten, señaló que 'la Unión Europea tiene muy claro que los recursos naturales iraquíes van a seguir estando a disposición y en beneficio del pueblo iraquí'.
El portavoz confía en que Washington no plantee la cuestión del crudo iraquí en los términos que se se apuntan desde los medios de comunicación y los círculos políticos de EE UU. Ojeda reiteró la voluntad de la UE de que 'la ONU tenga un papel central en la gestión de la fase de posguerra en Irak'.
El canciller alemán, Gerhard Schröder, también defendió ayer un plan multilateral para la posguerra. El presidente alemán recordó que la integridad territorial de Irak también debe mantenerse y que los recursos naturales deben permanecer en manos del pueblo iraquí.
Una factura millonaria
La factura de la reconstrucción de Irak será espectacular. La proyección inicial del Departamento del Tesoro de EE UU es de 100.000 millones de dólares (93.440 millones de euros). La cifra es equivalente a toda la ayuda para la posguerra concedida por la comunidad internacional a 36 países a lo largo de los años noventa y revela que sólo con el petróleo no será suficiente. Desde que el Programa Petróleo por Alimentos empezó a funcionar en diciembre de 1996, Irak ha obtenido unos 63.320 millones de euros por la exportación de petróleo.
Un informe del Centro de Estudios Estratégicos de Washington (CSIS) señala que el coste podría dispararse incluso hasta los 400.000 millones de dólares (373.760 millones de euros). Como referencia, el Plan Marshall para la reconstrucción de Europa tuvo un coste de 12.000 millones a lo largo de cuatro años, una cifra que, según la proyección del CSIS, ascendería en dólares de hoy a 120.000 millones de dólares (112.128 millones de euros).
El think-tank de Washington advierte de unas necesidades ingentes. 'Se trata de la reparación de carreteras y puentes, la administración de los puertos y aeropuertos, la rehabilitación de toda la red energética, de comunicaciones y sanitaria del país. Además se necesitarán fondos para cubrir las necesidades humanitarias, el pago de los salarios públicos, el desarrollo político y del Gobierno y la restauración de la infraestructura petrolera'.
A estas circunstancias se unen las complicaciones del pésimo estado del sector energético, dañado por una década de sanciones que ha impedido la renovación del material de extracción de petróleo. El Real Instituto para Asuntos Internacionales, de Londres, advierte en un informe de que las inversiones masivas en Irak tendrán que retrasarse unos cinco años, el tiempo que precisará la región para crear un sistema político estable.
El Consejo de Relaciones Exteriores, una institución internacional independiente dedicada a evaluar los efectos del conflicto, estima que será necesario invertir de 5.000 a 7.000 millones de dólares (de 4.675 a 6.540 millones de euros), en un periodo de dos años, para que Irak alcance un ritmo de producción de 3,5 millones de barriles diarios.
Las estimaciones de la ONU señalan que una semana antes de comenzar el conflicto las exportaciones de Irak ascendían a 1,8 millones de barriles diarios. En la primera semana de guerra cayeron a 440.000 barriles por día. La actividad petrolera fue definitivamente suspendida la semana pasada.
El barril de crudo brent para entrega en mayo cotizó ayer al alza y se sitúa en 25,4 dólares, 15 centavos más que el miércoles. El precio aún está lejos del máximo del lunes, cuando las dudas sobre la duración de la ofensiva llevaron la cotización hasta 27,2 dólares, el valor más alto desde que empezó la guerra.