El Banco Mundial advierte que ya no hay margen en las políticas fiscal y monetaria
Las políticas macroeconómicas pueden estar llegando a sus límites y en 2003-2004 es probable que sean menos estimulantes -o restrictivas- que más que expansivas', afirma el Banco Mundial en el informe sobre las Finanzas del Desarrollo Global, publicado ayer.
El Banco reconoce, no obstante la función que han desempeñado las políticas fiscal y monetaria en 2001 y 2002 'limitando la caída en 2001 y proporcionando un importante impulso al crecimiento en las primeras fases de la recuperación', aunque, a su vez, han provocado 'desequilibrios financieros'.
El uso de instrumentos de estabilización automática, así como un aumento de gasto y el recorte de impuestos protagonizado por las economías más avanzadas ha hecho que los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) vean sus cuentas deteriorarse una media del 2,9% del PIB entre 2000 y 2002. El dato refleja una caída del 1,4% en los ingresos y un aumento del 1,5% en los gastos.
La política fiscal en toda la OCDE ha sido expansiva desde 2001, lo que ha provocado que los déficit fiscales se amplíen sustancialmente. En EE UU, además de los recortes de impuestos, el 11 de septiembre provocó un aumento considerable del gasto en defensa y en seguridad nacional. Un nuevo recorte de impuestos hace prever que la política de la Administración estadounidense continuará siendo expansiva este año.
No obstante, 'no es probable que el estímulo fiscal mantenga su contribución positiva al crecimiento a medio plazo', advierte el banco. Una de las razones es que, para contribuir al crecimiento, el déficit tiene que deteriorarse cada vez más y hay fuertes presiones (por ejemplo, los compromisos de la UE y las normas de otros Estados) para conseguir un balance fiscal más equilibrado.
La política monetaria también ha sido explotada, sobre todo en EE UU. Para impulsar la debilitada economía estadounidense, la Reserva Federal rebajó en los últimos dos años 525 puntos básicos los tipos de interés, hasta dejarlos en el 1,25%. El BCE, sin embargo, reaccionó de forma menos agresiva a la desaceleración de la economía y sus reducciones han dejado los tipos en el 2,5%.
'La Reserva Federal tiene poca libertad de acción para nuevas rebajas de tipos de interés y lo más probable es que los mantenga estables para el resto de 2003 si, como se espera, el crecimiento repunta gradualmente', dice el banco. En cuanto al BCE, 'tiene más margen y es posible que siga las expectativas del mercado y recorte más los tipos en la primera mitad de 2003'.
Si la cautela ha dominado la política monetaria del BCE ha sido por la preocupación de que la inflación se disparase. Ayer mismo, el economista jefe de la OCDE, Jean-Philippe Cotis, abogó por que el Banco Central Europeo (BCE) recorte pronto los tipos de interés más de un cuarto de punto, ya que, a su juicio, tiene un amplio margen de maniobra.
Gracias en parte a la depreciación del dólar frente al euro, indicó, la inflación en la región, excluidos los volátiles precios energéticos y agroalimentarios, ha estado debajo el 2%, el nivel que el BCE considera como una amenaza, informa Efe.
El economista jefe de la OCDE calcula ahora que el crecimiento en Europa en 2003 será la mitad del 1,8% que se proyectaba en noviembre pasado. El escenario que presenta el Banco Mundial cuenta con un repunte del crecimiento mundial este año hasta el 2,3%, frente al 1,7% registrado en 2002. Una cifra que califica de 'anémica' para el segundo año de lo que se supone es una etapa de repunte del crecimiento. No obstante, y como el informe recoge previsiones realizadas antes de que se iniciara la guerra en Irak, el autor del mismo, Philip Suttle, adelantó ayer que 'la guerra va a costar medio punto en el crecimiento del PIB en la primera mitad de 2003'.
El Banco ya reconocía que la expectativa de un conflicto militar ha retrasado la recuperación y ha aumentado los riesgos, sobre todo en Oriente Próximo.
Siempre contando con que la guerra sea corta, algo que ya se pone en duda, el Banco Mundial confía en que la recuperación continuará los dos próximos años, con un crecimiento del 3,2% en 2004, que dará paso a un más modesto 3,1% para 2005.
'La premisa básica de la previsión es que las piezas están en su lugar para que el crecimiento suba en los próximos dos años', asegura el organismo multilateral. Escenario que se dará siempre que 'las incertidumbres más inmediatas que pesan sobre los consumidores y los inversores, como el asunto de la guerra en Irak, se resuelvan'.
El Banco Mundial resalta, además, que la desaceleración económica mundial ha reducido la dependencia de los países en desarrollo de la deuda privada (créditos y bonos), que ha dado el relevo a la inversión extranjera directa y los envíos de dinero de los emigrantes como principal fuente de financiación.