La banca repartió de dividendo el 63,5% del beneficio el ejercicio pasado
La banca española destinó el año pasado al dividendo que distribuye a sus accionistas 3.500 millones de euros, un 17,6% menos de lo que abonó en 2001. Esta cifra representa un pay out (parte del beneficio que se destina a retribuir al accionista) del 63,5%, 4,4 puntos menos que el 67,9% de 2001.
La disminución responde a la caída de los beneficios sufrida por las entidades durante el pasado ejercicio, considerado el peor que ha vivido la banca española desde 1994. Esta caída ha sido consecuencia, sobre todo, de la exposición de los dos grandes grupos a la crisis en Latinoamérica y a la fuerte depreciación de las divisas. De hecho, los accionistas han notado más que las propias entidades el mal momento, a juzgar por una disminución del dividendo abonado superior a la sufrida por el beneficio atribuido del sector (-12,1%).
El pay out, sin embargo, está todavía muy por encima de la recomendación del Banco de España, que ha pedido a los bancos que sean más prudentes, ajusten sus políticas de dividendos a la evolución de los resultados y, como mucho, destinen a sus accionistas el 50% de los beneficios.
BBVA y SCH siguieron el año pasado políticas diferentes. El BBVA recortó el dividendo un 9,1%, prácticamente el mismo porcentaje de caída del beneficio sin contar el efecto de los saneamientos extraordinarios. Mientras el SCH decidió mantenerlo, a pesar de ganar el 9,6% menos. En ambos casos, sin embargo, la tendencia es moderar la retribución a los inversores y acercarse a los niveles recomendados por el supervisor.
En este contexto, Leal subrayó 'que el reparto es bueno para los accionistas' y que los bancos españoles 'pueden permitírselo gracias a sus favorables ratios de solvencia y a las cuantiosas provisiones realizadas, por lo que no necesitan fuertes aumentos de lo destinado a reservas'. La parte del beneficio para este concepto se situó en el 36,5%, es decir, 2.009 millones. Esta cantidad es casi la misma de la dotada un año antes (2.007 millones), cuando representó el 32,1%.
Así, según datos de la AEB, mantuvieron un elevado coeficiente de solvencia, muy por encima del mínimo exigido por la normativa de Basilea, con un exceso de 14.700 millones, al disponer de recursos propios computables por importe de 54.304 millones, frente a los 39.597 millones exigidos por la normativa.
Pese a esta solidez y solvencia, los bancos fueron menos rentables. La crisis general y la pérdida de confianza en el sector repercutió en las cotizaciones y eso a su vez en el número de inversores. En un año, 150.000 accionistas abandonaron sus inversiones Al cierre de 2002, la banca contaba con 2.650.000 accionistas, frente a los 2.800.000 el año anterior.
En todo caso, Leal aseguró que los bancos españoles son 'eficientes, sólidos y rentables' y 'se comparan muy favorablemente' con los de los 81 mayores de la UE; 'y eso, a pesar de haber destinado mayores cantidades al saneamiento de los créditos'. En total, dotaron 4.096 millones para insolvencias.
Igualmente, Leal llamó la atención sobre su nivel de capitalización, que supera en tres puntos el promedio de sus colegas europeos. La comparación resulta especialmente grata en lo que se refiere a los indicadores de eficiencia, con un 56,7% de media en los cuatro principales grupos bancarios españoles, frente al 68,9% de media de los nueve principales bancos europeos.
Leal no se atrevió a hacer pronósticos sobre la evolución de los tipos de interés, pero dio a entender que han aprendido a vivir en un contexto de tipos bajos y que el crecimiento del negocio compensa el estrechamiento de los márgenes.