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Guerra en Irak

Las empresas de Francia y Alemania temen quedarse sin contratos en Irak

La clase empresarial francesa empieza a temer por su presencia en Irak una vez terminado el conflicto. Francia era hasta ahora el primer socio comercial europeo en la zona, con un 14% de las importaciones iraquíes en 2001. La patronal francesa teme ahora que EE UU favorezca sus intereses en la reconstrucción del país en detrimento de las empresas galas. Las compañías presentes en Irak minimizan su presencia para no despejar sus estrategias comerciales en la zona y sobre todo por las repercusiones de la posición francesa ante el conflicto, en clara oposición a la de EE UU.

Las declaraciones del congresistas estadounidense Jim Saxton recomendando el bloqueo de empresas galas en la futura reconstrucción de Irak han aumentado la desconfianza del entorno empresarial francés, que ve 'una mayor dificultad para acceder a contratos tras el conflicto, ya que los americanos estarán mucho mejor situados', según la patronal, Medef.

Al derrocar al dictador Sadam Husein, EE UU podría establecer un Gobierno de transición que invalidara todos los contratos comerciales suscritos bajo la dictadura. Temor manifestado por el presidente, Jacques Chirac, durante la cumbre europea de la semana pasada, cuando se negó a apoyar una resolución que no sólo legitimaría la guerra, sino que 'daría a los beligerantes EE UU y Reino Unido el poder de administrar Irak', y de poner en jaque la presencia de Francia en el país.

Renault, Legrand Schneider Electric, Alcatel, Nestlé Francia, Peugeot…, son algunas de las empresas que representan el tejido comercial implantado en Irak y que ahora podría ser utilizado para su reconstrucción. A pesar de que las relaciones comerciales franco-iraquíes se han enfriado en el último año por el deseo del régimen de abrirse a otros mercados -China, Rusia, los países árabes-, Francia era uno de sus principales proveedores mundiales y primero en Europa.

Toda una logística que corre ahora el riesgo de romperse 'si los americanos instalan un Gobierno que se muestre favorable a los intereses de sus empresas', explica el director regional de la Unión de Bancos árabes y franceses, Daniel Bernard. 'Durante la anterior guerra, los americanos compensaron una parte de sus esfuerzos bélicos mediante contratos obtenidos por empresas estadounidenses, lo que para la industria francesa no sería nada conveniente'.

Por su parte, el Ministerio de Asuntos Exteriores anunció ayer la puesta en marcha de un plan humanitario en Irak con una dotación de cerca de 20.000 millones de euros, que deberá además servir para garantizar la presencia de empresas francesas tras el conflicto.

En el caso de Alemania, al temor ante los posibles efectos de la guerra sobre la maltrecha economía y los intereses comerciales del país se suma también la sospecha a que la oposición de Alemania a las tesis de EE UU supondrá que la industria alemana quedará fuera del reparto de los contratos de reconstrucción de Irak tras la guerra.

La patronal alemana sigue con especial preocupación las noticias sobre la inesperada resistencia iraquí encontrada por las tropas aliadas en su avance hacia Bagdad. 'En el caso de una guerra larga existe el riesgo de que la economía mundial se debilite y la alemana entre en recesión', afirmó recientemente Ludolf von Wartenberg, secretario general de la Federación de la Industria Alemana (BDI). Von Wartenberg añadió que la industria alemana 'está preparada para participar en la reconstrucción de Irak', y pidió al Gobierno que tome las medidas diplomáticas necesarias para mejorar las relaciones entre EE UU y Alemania.

El sector de la construcción, el que más podría beneficiarse de los millonarios contratos para la reconstrucción, prefiere mantener la cautela a la hora de hablar de futuros negocios en Irak. La HDB, principal asociación del sector, considera que aún es pronto para poder determinar si Alemania podrá acceder a algunos de los contratos y añaden que, en cualquier caso, todo dependerá de quién los adjudique. 'Tenemos que esperar hasta que terminen los ataques', dijo Heiko Stiepelmann, presidente de la HDB, que considera que Alemania está bien posicionada.

'Por supuesto, si la ONU coordina las concesiones, no habrá ningún problema', añadió. Sin embargo, si el Gobierno estadounidense monopoliza la operación argumentando motivos militares, Alemania podría irse con las manos vacías.

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