La resolución del conflicto es sólo el primer paso de la recuperación bursátil
Para que la recuperación de los mercados sea sostenible, no basta con que los marines entren en Bagdad como Pedro por su casa. La raíz de la crisis bursátil es profunda y, para que el dinero vuelva de verdad al mercado, consideran los expertos, hace falta que la economía salga de la crisis iniciada hace tres años.
'Cuando la gente deje de mirar la CNN y se fije en los fundamentos de la economía, se dará cuenta de que está igual que antes de la guerra, si no peor', comenta Antonio Villarroya, de Merrill Lynch, 'Estados Unidos no crea empleo, Alemania está al borde de la recesión, la confianza del consumidor está en mínimos y el uso de capacidad productiva está en el 75%'.
La resolución del conflicto es condición necesaria, pero no suficiente, para que los mercados remonten posiciones, según señalan los expertos. La mayor parte de ellos considera posible que se prolongue el rebote de la semana pasada si la guerra finaliza de manera rápida. Por mucho que esté descontada, es una noticia positiva y puede alimentar mejoras del entre el 5% y el 10%. Ahora bien, todos los analistas consultados aprovecharía estos movimientos para vender. Las perspectivas económicas pasarían entonces a primer plano en la actualidad bursátil. Y son más inciertas que una guerra tan desigual como la de Irak.
Félix González, de Beta Capital, considera que en el muy corto plazo lo más importante es el desarrollo de la guerra. Que sea corta. 'En una segunda fase, habría que valorar hasta qué punto el optimismo derivado de haber superado el conflicto permite un repunte de la confianza. Y, en tercer lugar, ver si realmente la economía se recupera y los beneficios empresariales aumentan. La guerra es el primer paso'.
Esta misma línea siguen los analistas de Credit Suisse. En su último informe aconsejan sobreponderar la renta variable, pero están preparados para vender en niveles de 900 o 950 puntos de Standard & Poor's 500. El viernes el índice cerró en 895,9. Señalan que no han visto las mismas señales de rebote táctico que en otros mínimos. 'Aún hay problemas macroeconómicos importantes, como exceso de capacidad, endeudamiento privado y fricciones políticas entre Europa y Estados Unidos', añaden en dicho informe que, significativamente, está titulado ¿Qué hacer ahora?
Stephen Roach, economista jefe de Morgan Stanley y reputado pesimista, se preguntaba en una carta fechada el jueves si, a la luz de las últimas subidas, se puede empezar a pensar en una recuperación posterior a la guerra. 'Definitivamente, no', se contesta a sí mismo, 'es absolutamente prematuro por parte de los inversores pensar que han dejado atrás la guerra y el ciclo económico. Aunque los inversores recuperen la fe si el Ejército consigue una victoria perfecta, un analista tiene que mantenerse frío y centrarse en las cifras, no en las emociones'.
Caída del petróleo
Otros expertos son algo menos pesimistas, pero coinciden en el fondo de la cuestión. 'La caída de los precios del petróleo es muy positiva para los mercados. Si el barril sigue bajando porque la guerra marcha bien, el Ibex remontaría llegando incluso a los 7.000 puntos. Pero, con o sin guerra, las economías de Estados Unidos, Alemania y Japón tienen problemas serios que seguirán ahí', explica Rodrigo Pinheiro, de Espírito Santo.
Pinheiro considera que, si el precio del petróleo sigue bajando, incluso si alcanza niveles inferiores a los 20 dólares, puede ser por sí mismo un importante estímulo para las debilitadas economías. 'Al fin y al cabo, para las economías occidentales el petróleo es una especie de impuesto'. Una visión que comparte Antonio Villarroya, quien, pese a todo, advierte que 'el crudo a los niveles actuales, aunque haya bajado, tampoco soluciona nada'.
Un aspecto fundamental en la frialdad de los informes de estrategia es el hecho de que los mejores escenarios ya se descontasen antes de caer la primera bomba. No se sabe hasta qué punto las novedades positivas están en precio o no. Como consecuencia, el mercado se mueve a golpe de rumores. Que si Sadam estaba herido, que si se rendían batallones enteros de tropas iraquíes... Todas estas especulaciones provocaron importantes bandazos en los mercados.
Pendientes de la Reserva Federal
En su última reunión, la Reserva Federal de Estados Unidos no dio pistas sobre su visión de la economía. Sobre si ve más riesgos de inflación o de enfriamiento económico. No dijo que éstos estaban equilibrados, sino que no tenía datos para construir su opinión. Aunque esta incertidumbre despistó a más de un analista, no falta quien señala que el tono general era más positivo de lo esperado. Al señalar Greenspan que el principal riesgo es la incertidumbre geopolítica, sugería que despejada ésta la economía estaría cerca de la recuperación.El presidente de la Reserva Federal de Nueva York, por el contrario, hizo referencia en una intervención reciente a los riesgos que pesan sobre la economía. La desconfianza de los inversores sobre las empresas y la necesidad, persistente, de purgar los excesos de la burbuja todavía lastran la economía.La Reserva Federal no va a tomar una decisión sobre tipos cuando nadie la escucha porque está siguiendo la guerra por televisión. Ahora bien, está preparada para inyectar liquidez en la economía en caso de percibir riesgos adicionales. No es un escenario muy verosímil a ojos de los analistas. Si la Fed decide bajar los tipos de interés un cuartillo, que es lo que esperan muchos, no será por la guerra, sino por la debilidad económica de Estados Unidos.En Europa, los expertos esperan recortes adicionales de tipos de interés, vinculados a los riesgos de recesión en Alemania y al creciente enfriamiento de Francia. Consideran que el año puede acabar con los tipos de la zona euro al 2%.