Supachai Panitchpakdi / 'La guerra tendrá efectos negativos en las negociaciones de Doha'
Director general de la Organización Mundial del Comercio (OMC) desde septiembre de 2002, Supachai tiene la difícil tarea de impulsar la Ronda de Doha, orientada a liberalizar el comercio mundial. Las negociaciones están estancadas por la agricultura y la guerra en Irak empeora la situación
El primer ministro de Tailandia, Supachai Panitchpakdi, de 56 años, está obligado por su cargo actual a mostrarse neutral con respecto a las negociaciones que protagonizan los 145 países miembros de la OMC. No apunta culpables, pero reconoce que el calendario de la ronda de Doha no se está cumpliendo y que el espinoso tema de la agricultura frena el acuerdo. Ahora se suma otra amenaza: la guerra en Irak. El conflicto ya ha abierto grietas en las relaciones políticas y Supachai advierte que dificultará las negociaciones.
Pregunta. Según la declaración de Doha, los miembros de la OMC deberían llegar a un principio de acuerdo en agricultura antes del 31 de marzo, pero no hay visos de que eso ocurra. ¿Se cumplirá el plazo?
Respuesta. Me temo que las posiciones de los países están aún muy muy alejadas y ya se habla de que el plazo no se va a cumplir. Se necesita más flexibilidad y no sólo por parte de la Unión Europea, sino de todas partes.
P. Sin embargo, la agricultura es uno de los ejes centrales de las negociaciones. Un fracaso en este asunto ¿pondría en peligro toda la ronda?
R. El apartado de la agricultura es muy ambicioso y es la clave de la ronda entera. Se necesita avanzar en ella para que las negociaciones sean exitosas. Mi consejo es adelantar todo lo posible antes de la reunión ministerial de Cancún prevista para septiembre de este año. Todavía tengo confianza en que se cumpla el plazo de la ronda completa enero de 2005. Comparo esta ronda con la de Uruguay y en el primer año se ha progresado mucho más. Pero no deberíamos dejar demasiado por hacer para los ministros. Al menos, lo relativo a los acuerdos de propiedad intelectual (Adpic) y salud pública debería estar claro.
P. Habla usted de otro asunto en el que también se ha incumplido el plazo, el de las patentes farmacéuticas, que debería haberse resuelto a finales del año pasado. Los países en desarrollo ¿tendrán que hacer más concesiones para llegar a un acuerdo que les permita acceder a fármacos baratos?
R. No creo que en términos generales se les pida más concesiones, excepto en lo referente al acceso a los mercados no agrícolas. Espero que se haga una mejor interpretación del acuerdo de Adpic, de forma que los países puedan beneficiarse de ello. Las concesiones que sí deberían hacer los países en desarrollo se refieren a las relaciones comerciales entre ellos. Sus aranceles se encuentran alrededor del 40% y eso está estrangulando su comercio.
P. Con el objetivo de recalcar que los países menos avanzados se benefician de la liberalización comercial se ha bautizado a esta ronda como la Ronda del Desarrollo. Pero estos países no ven progresos...
R. Los países en desarrollo están protestando porque sus asuntos no se han tratado seriamente. Y lo entiendo. Por eso digo que el tema de Adpic y salud pública debe aprobarse cuanto antes. También hay otros temas en los que seguimos trabajando, como el tratamiento especial en agricultura y la implementación de los acuerdos ya alcanzados. Pero los países en desarrollo tienen derecho a esperar frutos y debemos duplicar el esfuerzo para mantener su interés en la ronda, ya que hasta ahora su compromiso ha sido muy satisfactorio.
P. Y en medio de este ambiente de difícil consenso, Estados Unidos empieza una guerra en Irak, lo que ha abierto nuevas brechas en las relaciones internacionales. ¿Cómo afectará a las negociaciones?
R. La guerra tendrá un impacto en todo, también en las conversaciones comerciales. Un conflicto tiene siempre implicaciones negativas. Necesitamos espíritu de cooperación y solidaridad y la guerra no suele aportar ese espíritu en las negociaciones. Estoy instando a las delegaciones a hacerlo lo mejor posible, porque no deberíamos empeorar la situación. Aparte de una guerra física deberíamos evitar una guerra comercial. Y siempre hay caminos para evitar una guerra comercial.
P. Pero es inevitable que haya consecuencias económicas...
R. Sí. Ya la expectativa de una guerra conllevó cierta reticencia a la inversión y ha causado una desaceleración en ciertas actividades económicas. Normalmente, esta desaceleración aumenta el desempleo y el desempleo no conduce a la liberalización comercial. Los países tienen más problemas en casa, lo que complica nuestras negociaciones.
P. Paralelamente a las negociaciones a nivel mundial se suceden los tratados de libre comercio (TLC) bilaterales y regionales, como el firmado entre la Unión Europea y Chile, o el de Estados Unidos con Singapur. ¿Menoscaban estos acuerdos el interés por las negociaciones globales?
R. Los objetivos de los pactos regionales normalmente coinciden con los de las normas, pero la proliferación de estos tratados ha hecho que nadie pueda controlarlos. No está claro que sean favorables al comercio y que no discriminen a otros países. Hasta el momento se han notificado 250 acuerdos regionales a la OMC, pero sabemos que hay más de 300. En la agenda de Doha estamos trabajando para que se vigilen, pero, mientras tanto, me preocupan.
P. El movimiento antiglobalización y las ONG no han dejado de aumentar en tamaño e influencia desde Seattle. ¿Se prevén nuevos mecanismos para incrementar su participación en las decisiones de la OMC?
R. Estamos estableciendo grupos asesores a los que invitamos a las ONG. Por supuesto, no pueden involucrarse en las discusiones porque no son parte del proceso de negociación. Pero yo me comprometo a que haya más oportunidades de diálogo. Estamos intentando que nos comprendan mejor. Sé que en el pasado ha habido una falta de comunicación, pero la gente está empezando a entendernos.
P. En algún momento se ha dicho que, si no se hacen los deberes y las delegaciones comerciales en Ginebra no acercan posiciones lo suficiente, se podría suspender la reunión ministerial de Cancún. ¿Es posible?
R. No, de ninguna manera se va a cancelar. Está en nuestra agenda y ya hemos empezado los preparativos. Hemos trabajado mucho y el encuentro no se puede aplazar.
Un calendario sin efecto
El 14 de noviembre de 2001 los 145 miembros de la Organización Mundial del Comercio (OMC) firmaban, no sin haber librado antes duras batallas, la Declaración de Doha, cuyo objetivo es la liberalización del comercio mundial. Año y medio después, el balance arroja números rojos sobre el calendario. Los principales asuntos que debían haberse adelantado no se han aprobado dentro del plazo y la marcha de las negociaciones hace temer que ésa sea la tónica general de la ronda.En diciembre pasado expiró el plazo para llegar a un acuerdo sobre la propiedad intelectual relativa al comercio, que permitiría a los países pobres acceder a medicinas baratas para luchar contra epidemias como el sida o la malaria. El director general de la OMC, Supachai Panitchpakdi, presiona aún para que el acuerdo se alcance antes de septiembre, cuando tendrá lugar la reunión ministerial, que se celebrará en Cancún (México).Otra fecha clave era el 31 de marzo próximo, cuando debería aprobarse un plan de trabajo sobre servicios y agricultura. Pese a que las negociaciones sobre los servicios marchan bien, el debate sobre agricultura agria las conversaciones. El pasado 18 de marzo el presidente del comité agrícola, Stuart Harbinson, presentó un segundo borrador para establecer los objetivos de la ronda, pero no se espera que se apruebe a tiempo. El propio director general se muestra escéptico ante el calendario. Sobre todo, porque la falta de un acuerdo en agricultura retrasa las negociaciones de otros asuntos en este tira y afloja que es la ronda.El incumplimiento de los plazos, sin embargo, no es motivo para hablar de fracaso. El 1 de enero de 2005 deberían haber concluido todas las negociaciones, pero, como fuentes de la OMC, apuntan: 'Como siempre, si no se cumple, no pasa nada. Continuarían las negociaciones el tiempo necesario', aseguran.