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Ataque militar

Irak captura prisioneros tras oponer una dura resistencia al avance aliado

La confirmación de un número significativo de soldados caídos en combate y los primeros prisioneros de guerra en manos de Irak conmocionó a los ciudadanos estadounidenses.

La televisión iraquí mostró las imágenes de los prisioneros capturados, algunos de los cuales presentaban heridas y que reconocieron ser soldados americanos, procedentes de Texas, Nueva Jersey y Kansas. La televisión también enseñó unos 11 soldados tirados en una habitación, cubiertos de sangre y heridas, y que parecían estar muertos.

Aunque EE UU negó en principio estas informaciones, el Pentágono reconoció después que varios soldados habían muerto y otros habían sido tomados prisioneros cerca de Nasiriyah, al norte de Basora, en el sureste iraquí.

El vídeo mostrando a los prisioneros fue denunciado por el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, como una violación de la Convención de Ginebra, lo que justificaría, dijo, la condena de los tribunales internacionales por crímenes de guerra. La Cruz Roja Internacional coincidió en que la cinta viola los acuerdos de la convención.

Trato justo

La conmoción en EE UU fue tal que su presidente, George Bush, tuvo que salir ante los medios a pedir un trato 'justo y humano' para los prisioneros, tal y como a su juicio trata EE UU a sus prisioneros de guerra.

El ministro iraquí de Defensa, Sultan Hashim Ahmed, aseguró que Irak respetará el tratado de Ginebra y que no maltratará a los prisioneros. El ministro puntualizó que los cadáveres mostrados por la televisión iraquí habían sido abandonados en un campo de batalla cerca de Nasiriyah.

La guerra de cifras enfrentó a estadounidenses e iraquíes. Washington reconoció que la batalla en Nasiriyah había provocado menos de 10 bajas, mientras que Irak asegura que en los combates murieron al menos unos 25 estadounidenses y británicos. EE UU cifra el número de soldados desaparecidos en 12.

Por su parte, el número estimado de víctimas civiles asciende a 85 y a 70 el número de bajas entre el ejército iraquí, extremo no confirmado por las autoridades de Bagdad.

Asimismo, el gobierno iraquí informó que un caza había sido derribado sobre Bagdad y que los dos pilotos, supuestamente británicos, habían saltado en paracaídas, ofreciendo una recompensa por su captura. La noticia provocó que cientos de soldados y civiles iraquíes salieran a la calle a buscar por las orillas del río Tigris a los dos soldados, que según la cadena Al Jazeera fueron finalmente capturados, aunque no especificó si vivos o muertos. Desde Reino Unido, no se confirmó ni desmintió la captura de los soldados.

Irak asegura haber derribado un helicóptero y varios aviones aliados. Rumsfeld sólo reconoció la pérdida de un avión aunque no dio más precisiones.

Pero los enfrentamientos entre los bandos en combate no son la única fuente de preocupación para las tropas aliadas. Las bajas por el llamado fuego amigo se suceden incesantemente. Ayer un caza británico Tornado fue derribado por un misil estadounidense, provocando la muerte de sus dos ocupantes, según fuentes de EE UU.

Fue la primera tragedia bajo fuego amigo, pero el tercer episodio aéreo con víctimas mortales que sufren las fuerzas británicas. En 1991, un episodio similar provocó una fuerte crítica de la opinión pública británica y obligó al Gobierno a abrir una investigación.

Para evitar una reacción similar a la de aquella ocasión, el ministro de Defensa, Geoff Hoon, anunció ayer que el alto mando militar iniciará una investigación para aclarar las circunstancias del accidente pero que todo apuntaba a un fallo de los sistemas tecnológicos.

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