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Ataque militar

Las fuerzas aliadas encuentran fuerte resistencia iraquí en su avance hacia Bagdad

Los bombardeos intensos volvieron a asolar ayer la capital iraquí, Bagdad, con la llegada de la noche (17,00 horas, hora española). A lo largo del día, la ciudad fue bombardeada en diversos puntos, sin que el humo negro que cubre la capital, procedente de contenedores de petróleo situados a las afueras, sirviera para evitar los misiles estadounidenses. Al caer la noche, como cada día, una nueva oleada de bombardeos sacudió la ciudad y fue respondida por baterías antiaéreas iraquíes. Los testimonios apuntaban que se trataba de un bombardeo mucho más duro que los sufridos por la ciudad en el día anterior.

Sin embargo, las operaciones estadounidenses no suponen un paseo militar. El rápido avance de las tropas británicas y estadounidenses en los tres primeros días de la guerra se vieron frenados ayer por los contraataques del ejército iraquí incluso en zonas que aparentemente ya estaban controladas por las tropas aliadas, como el puerto de Um Qasr.

En este punto estratégico del sur del país, unos 120 soldados iraquíes de la Guardia Republicana, la unidad de élite del Ejército iraquí, lanzó un contraataque que, después de varias horas de intensos combates, se resolvió con su rendición a los marines de EE UU, que tuvieron que solicitar apoyo aéreo.

Cordón entorno a Basora

Tampoco la ciudad de Basora, centro del comercio petrolífero del sur del país, se encuentra bajo el pleno control aliado. El objetivo ahora es establecer un cordón de seguridad en torno a la ciudad, al tiempo que se sofoca la resistencia iraquí de los alrededores y dejar la ocupación definitiva del enclave a la VII Brigada Mecanizada británica.

Según explicaban los mandos británicos, 'el objetivo es avanzar lo antes posible, por tanto no debe sorprendernos que se haya tomado la decisión de movilizar a los marines en dirección a Bagdad'.

En ese avance, las tropas encontraron una fuerte resistencia en la ciudad de Nasiriyah, a unos 80 kilómetros al norte de Basora, en la ribera oriental del æpermil;ufrates. Unos 500 soldados iraquíes apoyados por carros de combate y artillería presentaban una encarnizada resistencia que hacía imposible su control. No lejos de allí, en Nayef, a unos 160 kilómetros al suroeste de Bagdad, el VII Regimiento de Caballería acorazada estadounidense sufrió una emboscada.

Petróleo

En el norte, las ciudades de Mosul y Kirkuk, a unos 390 y unos 250 kilómetros, respectivamente, al norte de Bagdad, también se registraron explosiones a lo largo del día. No en vano, uno de los objetivos principales de los aliados es controlar los campos petrolíferos y estos dos enclaves del norte iraquí tienen importantes yacimientos que aún siguen fuera del control de estadounidenses y británicos.

Además, ayer se informó que mandos aliados han empezado a estudiar cómo reiniciar las exportaciones desde los campos del sur, alguno de los cuales está ardiendo. Un equipo contratado por EE UU, Boots and Coots International Well Control, con sede en Texas, evalúa el estado de las infraestructuras. Asimismo, equipos de bomberos trabajan para extinguir un pequeño número de pozos en el campo de Rumailia, principal productor en el sur. 'En 30 ó 45 días habremos terminado', dijo el responsable del equipo estadounidense traido por Washington para reducir los daños de los incendios.

Pese a los informes sobre la resistencia, EE UU aseguraba ayer que la marcha de la guerra es 'excelente'. El secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, en declaraciones a varias televisiones, confió 'en que esto pueda acabar pronto' y afirmó que la resistencia 'es inútil' porque el régimen iraquí será derrotado. Rumsfeld reconoció que 'hay bolsas de resistencia' pero de forma 'desigual'.

El Pentágono afirmaba que 'esto va a ser más duro según nos acerquemos a Bagdad. No creo que la gente deba tener en cuenta lo que ha pasado estos días para predecir qué va a pasar'. Las tropas avanzadas de EE UU ya están a poco más de 100 kilómetros de Bagdad, pero en un número reducido aún.

Los inesperados enfrentamientos de las últimas horas, tras los rápidos avances de las primeras jornadas, provocaron cierto desánimo sobre la evolución de la guerra estadounidense.

El presidente de EE UU, George Bush, compareció por la tarde ante los medios de comunicación para asegurar que 'estamos ante los inicios de una dura batalla' en relación al avance de las tropas hacia Bagdad pero aseguró que el presidente iraquí, Sadam Husein, estaba perdiendo 'el control del país'.

Los servicios de inteligencia británicos informaron ayer que Sadam Husein sigue vivo, según sus informes, pero que resultó herido en el primer ataque estadounidense sobre Bagdad.

'Recibimos información de que Sadam Husein dejó la zona bombardeada en ambulancia', aunque todo apunta a heridas de escasa consideración.

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